Defensa
Robles afirma que “no se puede bajar la guardia” ante extremismos como los que están apareciendo en Europa
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La ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó este jueves que “no se puede bajar la guardia” ante los extremismos en auge en Europa, después de visitar la isla senegalesa de Gorée, desde la que las potencias europeas de la época colonial enviaron hasta 20 millones de esclavos a tierras americanas.
Robles, que culmina hoy una visita de dos días en Senegal para visitar al Destacamento Aéreo Táctico Marfil (DAT), el contingente español del Ejército del Aire, que presta apoyo a la acción antiterrorista de Francia en la zona del Sahel, ha viajado hasta la Isla de Gorée para conocer la casa de los esclavos, el lugar en el que durante siglos se retuvo, maltrató y vendió como pura mercancía a hombres, mujeres y niños, en condiciones de una dureza implacable.
Acompañada de Anne Marie Jouga, la teniente de alcalde, y otras autoridades locales, la titular de Defensa recorrió las calles de la isla hasta el monumento a la liberalización de la esclavitud. En su trayecto, por calles embellecidas por ventanas con flores, después de pasar junto al jardín Adanson, un nuevo proyecto deportivo municipal y disfrutar de los colores de la Rue Saint Germain, Robles llegó a la ‘Maison des Esclaves’.
El lugar, que estremece por las celdas para niños, con auténticas covachas para castigar a los rebeldes, desvela una época terrible en la que los encerraban por separado a niños, mujeres y hombres, destruyendo las familias, anulándoles la voluntad, para ‘prepararlos’ para su venta como se engorda al ganado, hasta que los varones pesaban al menos 80 kilos y los menores, al menos 15 kilos.
“LIBRES Y RESPETUOSOS”
Procedentes en muchos casos de África central, las víctimas de la esclavitud eran concentradas, entre 15 y 20 personas en habitaciones minúsculas, y permanecían tres meses encerradas, con solamente una salida a la luz del sol cada día. Cuando los tratantes consideraban que ya les servían los enviaban por separado a Brasil, Cuba o los actuales Estados Unidos. Muchas veces eran simple objeto de intercambio por espejos, barriles de ron o armas.
La ministra salió conmovida de la visita y ante la pregunta sobre el auge de los extremismos en Europa señaló que cuando visitas la isla de Goreé, donde ves que durante siglos las personas eran tratadas como mercancías, donde no se respetaban los derechos humanos, se constata que es criticable “cualquier movimiento que pretenda incidir en la desigualdad, que no se dé cuenta de que los hombres y mujeres son iguales, que tenemos que ser libres y respetuosos con lo que realiza todo el mundo”.
Cualquier posición en esta línea, añadió, no es buena para el futuro de la humanidad. “Aquí se ha producido algo importante, la unión y el respeto entre religiones, de católicos y musulmanes”, porque “desde ese respeto te das cuenta de que la intolerancia lo único que hace es ir en contra de los derechos humanos”, así que “tenemos que ser absolutamente beligerantes” contra cualquier género de intolerancia.
“No se puede disfrazar la injustificable intolerancia, que siempre lo que hace es incidir en las desigualdades cuando debemos trabajar todos por un mundo más justo e igualitario”, apostilló.
(SERVIMEDIA)
16 Dic 2021
MGN/nbc/clc