La portavoz denunció que la vicepresidenta había evitado responder esa pregunta desviándola al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se encontraba de viaje oficial fuera de España. El Gobierno explicó que Sáenz de Santamaría había rechazado la posibilidad de aplazar la pregunta y también la de reformularla para encuadrarla dentro de las competencias de Fernández de la Vega.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta subrayó que la portavoz del PP "se ha enrabietado más de cara a la galería que con razones fundadas, ella sabrá por qué".

Más allá del episodio "un poco infantil", la vicepresidenta subrayó que en democracia son "tan importantes" las formas como el fondo, y aseguró que el PP tiene "total y absolutamente" garantizado su derecho a ejercer el control parlamentario del Gobierno, sobre este asunto y sobre "todos".

Decir lo contrario, alertó, es "mentir a los ciudadanos, faltar a la verdad", al margen de argumentos "más bien cortoplacistas, que pueden resultar efectistas, un ejercicio de pirotecnia" pero con los que únicamente se consigue "ofender la inteligencia de los ciudadanos, esa por la que tanto menosprecio expresan en ocasiones algunos dirigentes del PP".