Subida SMI

Calviño asegura que la subida del SMI “no debería ser un tema de confrontación” y señala que la cifra “todavía no se ha concretado”

MADRID
SERVIMEDIA

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, considera que el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de cara a 2022 “no debería ser un tema de confrontación”, aunque asegura que “todavía no se ha concretado una cifra” para esta subida.

“Todo el mundo conoce nuestro objetivo, que es llegar con el SMI al 60% del salario medio al final de la legislatura. Un grupo de expertos ha diseñado cuál debe ser la senda para avanzar en esa dirección y yo creo que, en la medida que la actividad económica y la creación de empleo continúen en una dirección positiva, nuestro objetivo tiene que ser el de seguir mejorando las condiciones laborales en nuestro país”, afirma Calviño en una entrevista con ‘Expansión’ recogida por Servimedia.

Preguntada por si la medida puede suscitar el rechazo de la patronal, Calviño precisa que “todavía no se ha concretado una cifra para el próximo año, pero todos los agentes sociales y los ciudadanos conocen la determinación del Gobierno de seguir mejorando los niveles salariales, como hemos hecho estos años, en la medida en que sea compatible con seguir impulsando la actividad económica y la creación de empleo, que es nuestra prioridad”.

En cuanto a la reforma laboral, la vicepresidenta primera señala que en el Gobierno están “determinados” para que “haya un acuerdo tripartito”, porque “es muy bueno que tengamos una reforma laboral que nos permita un marco claro que dé seguridad jurídica, que reduzca la temporalidad y que trate de corregir esos desequilibrios que venimos arrastrando, y que empobrecen nuestro mercado laboral”.

Sobre si se volverá a dar primacía a los convenios sectoriales frente al de empresa, Calviño defiende que “el objetivo tiene que ser, al final, llegar a una reforma laboral equilibrada que nos permita reducir la temporalidad y la precariedad de nuestro mercado laboral, mejorar la calidad del empleo, pero al mismo tiempo protegiendo la necesaria flexibilidad interna de las empresas para poder adaptarse ante los cambios de circunstancias o las necesidades y la productividad de su sector”.

CRECIMIENTO ECONÓMICO

Por otra parte, Calviño se muestra optimista con respecto a la evolución de la economía española, puesto que indica que “ya hemos recuperado los niveles de actividad diaria y de empleo que teníamos antes de la pandemia. Es más, en este mes de diciembre vamos a recuperar la senda de creación de empleo en la que estábamos antes de la pandemia”.

Con respecto a la revisión a la baja que diferentes organismos nacionales e internacionales han realizado acerca de la previsión de crecimiento de España para 2021 y 2022, Calviño subraya que estas variaciones han sido “constantes”, augurando que “en las próximas semanas veremos más revisiones”.

Además, recuerda que las previsiones más recientes de la Comisión Europea y de la mayoría de los organismos apuntan a un “crecimiento medio en España en el período de 2021–2023 en el entorno del 5%. Y ése tiene que ser nuestro objetivo, no un rebote pasajero, sino una recuperación fuerte y sostenida que nos permita impulsar las reformas para orientar de la mejor manera posible este ciclo económico que ahora se inicia”.

OBJETIVOS DE DÉFICIT

En este sentido, la vicepresidenta primera sostiene que un menor crecimiento del previsto por el Gobierno no afectará al cumplimiento de los objetivos de déficit público en 2021, porque los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se han elaborado con criterios de “máxima prudencia”. Por ello, cree que España va a “cumplir el objetivo de reducción de déficit incluso en un escenario económico menos favorable”.

“Y lo mismo para 2022. El objetivo es seguir reduciendo las ratios de déficit y deuda sobre el PIB. Queremos aprovechar este crecimiento sostenido y fuerte para absorber el impacto fiscal de la respuesta a la pandemia”, añade Calviño.

En cuanto a la subida del índice de precios al consumo (IPC), situado en el 5,6% según el dato provisional de noviembre, Calviño considera que “nadie debe sorprenderse de que haya un rebote de los precios dada la intensidad de la recuperación económica, los problemas que ha habido en las cadenas de suministro, el efecto base y el alza de los precios energéticos”, aunque resalta que “lo que tenemos que evitar es que se convierta en un fenómeno estructural, con un impacto más permanente que pueda deteriorar nuestra competitividad pero por el momento no lo vemos”.

“Los dos factores más determinantes en la evolución de los precios han sido, por una parte, el efecto base, la comparación con 2020, que fue el ejercicio de la pandemia, y por otra parte, los precios de la energía, que junto con la distorsión en las cadenas de suministros globales son temas preocupantes. El análisis compartido por los ministros de Economía de la UE y el BCE es que son fenómenos que tienen carácter transitorio por su propia naturaleza y que se irán corrigiendo a partir de la primavera del año próximo”, concluye Calviño.

(SERVIMEDIA)
13 Dic 2021
DMM/gja