Según informó la Policía este sábado, los hechos de los que se acusa al arrestado se remontan a 2016, cuando este individuo abusó sexualmente de un niño de 13 años con el que mantenía vínculos sexuales. Este menor presentaba un retraso madurativo del 38% y estaba siendo sometido, además, a un estudio para determinar la existencia de algún otro déficit de mayor gravedad.

Durante el tiempo que estuvo huido, el detenido demostró una “acreditada habilidad” para escapar de la acción policial, ya que se aprovechaba de las “dificultades que ofrecía el entorno en el que se ocultaba para evitar cualquier tipo de vigilancia o control”, al tiempo que su familia le ayudaba a esconderse.

Tras las pertinentes pesquisas, los agentes descubrieron en 2019 que el entorno del individuo residía en un domicilio de Torrejón de Ardoz, del cual nunca se vio salir a éste. No obstante, sus familiares accedían al inmueble llamando al timbre y nunca utilizando la llave, lo que les llevó a inferir que siempre había una persona encerrada en el piso, la cual resultó ser el fugitivo.

CUATRO AÑOS SIN SALIR DE CASA

De este modo, los agentes establecieron un dispositivo policial en las inmediaciones del domicilio, y tras la entrada a la vivienda, el fugitivo fue hallado y detenido por los agentes.

Ya en dependencias policiales, el arrestado reconoció que llevaba cuatro años encerrado sin salir de su domicilio, llegando a no asomarse a la ventana por miedo a ser visto.

También confesó que la única vez que salió de su viviendo fue como consecuencia de un episodio grave de Covid-19 que le dejó al borde de la muerte, por el cual estuvo hospitalizado haciéndose pasar por su hermano y usando su DNI.