Durante la sesión de control al Ejecutivo en la Cámara Baja, Rodríguez recriminó a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, las "decisiones muy importantes" que ha emprendido el gabinete de Rajoy en apenas dos meses de mandato y que, en su opinión, responden "a grupos de intereses pero no a los intereses generales".

Rodríguez achacó la reforma laboral a las presiones de las "organizaciones empresariales", la subida de la tarifa eléctrica al "pulso ganado" al Gobierno por las grandes energéticas, la reforma del aborto a "un sector de la Iglesia católica que quiere imponer por ley sus creencias y su moral", y el código de buenas prácticas para la banca en casos de desahucios a la mera "propaganda" del Gobierno.

Esa propaganda, indicó, ha ido en aumento con el envío de dos cartas a los jubilados para comunicarles la subida de las pensiones en enero y la consiguiente reducción por la subida del Impuesto de la Renta.

Denunció que ambas cartas han conllevado un gasto de 7 millones de euros. "A los españoles les duele que se gaste mal y de forma superflua", criticó. "Los españoles merecen una explicación sobre este gasto cuando han decidido reducir al 50% las becas al extranjero".

Por su parte, Sáenz de Santamaría apeló al "amplio apoyo" que tiene el Gobierno en la bancada de diputados para acometer las reformas que está emprendiendo, aunque presumió al mismo tiempo de estar dialogando con otros partidos para sacar adelante las medidas con el máximo consenso.

La vicepresidenta del Ejecutivo indicó que sus reformas responden a los principios de "justicia y equidad", razón que precisamente ha llevado a subir la pensión a 6 millones de jubilados para "no exigir más" a quienes menos tienen.

Sáenz de Santamaría sacó pechó con el plan para evitar los desahucios, especialmente cuando -reprochó al PSOE- "ustedes no lo hicieron en el Gobierno y lo defienden ahora a la oposición".

Este cambio de postura motivó que Sáenz de Santamaría recriminase a los socialistas que, en este tema y en la reforma laboral, "lo único que ha cambiado es la posición del PSOE", dado que en 2010 reclamaban patriotismo a los sindicatos para no convocar la huelga general del 29 de septiembre de aquel año y ahora, ante el paro anunciado para el 29 de marzo con el PP en La Moncloa, sí respaldan una iniciativa similar.

Sáenz de Santamaría aseguró que el PP demuestra "mayor coherencia" que el PSOE respecto a la huelga general, dado que tampoco la secundó en 2010 cuando estaba en la oposición al entender que no resolvía los problemas del país.