Los campeones en solidaridad siguen siendo los nórdicos, así en el ránking realizado por DARA los tres países más desprendidos son Noruega, Dinamarca y Suecia.

El cuarto lugar lo ocupa Irlanda, seguida de Holanda y de Suiza. Francia ocupa el undécimo lugar, Alemania el duodécimo y cierra la clasificación Italia.

El citado estudio ha analizado la ayuda humanitaria de 23 gobiernos donantes en nueve grandes crisis, el HRI puntúa cada país a lo largo de cinco categorías y presenta una clasificación general y una clasificación grupal de donantes.

De los cerca de 9.000 millones solicitados por Naciones Unidas para atender las necesidades humanitarias de 50 millones de personas en 2011, sólo se recaudaron el 62%, lo que supuso que la respuesta no fuera completa y se dejaran de lado las actividades de recuperación temprana, según DARA.

El informe de esta ONG insiste en que "los gobiernos donantes deben hacer mucho más que responder a las necesidades humanitarias más urgentes. También deben priorizar la prevención y la recuperación, la reducción de riesgos, facilitar la protección de la población civil y respetar las leyes internacionales".

Además deben mantener "el compromiso con el aprendizaje, la transparencia y la rendición de cuentas", sostiene Philip Tamminga, director del informe, quien agregó que "si un gobierno incumple una o varios de sus obligaciones, incluso las mejores intenciones pueden ser insuficientes para ayudar de forma eficaz y adecuada a las personas que más lo necesitan".

España ejemplifica las consecuencias del desequilibrio mencionado. Si bien la ayuda española está dirigida a atender las necesidades, sus debilidades en otras áreas, como la escasa financiación destinada a organizaciones no gubernamentales y las dudas expresadas por sus socios respecto de la capacidad y experiencia de España como donante humanitario, la relegan al 15º puesto del ranking del HRI.

"España ya ha demostrado su compromiso con la atención a las personas más vulnerables. Ahora es el momento de que España demuestre su compromiso con una ayuda coherente y de calidad", concluye Tamminga.