En un comunicado, la organización explicó que supedita las movilizaciones a un cambio “radical” en el posicionamiento del Gobierno.

El presidente de Fenacore, Andrés del Campo, explicó que “llevamos tiempo alertando de que la gestión del agua está contaminada políticamente y de que los nuevos planes sólo buscan el interés de una minoría de ecologistas radicales, no el bien común. Ha llegado la hora de devolver al agua el protagonismo que merece en la agenda del Gobierno y alejarla de la polarización y la guerra política”.

Aclaró que los más de 500.000 agricultores representados la asociación deben tener “libertad absoluta” para, en caso de considerarlo conveniente, sumarse también a las manifestaciones convocadas por las principales organizaciones agrarias.

Los regantes ven complicado que el ministerio que dirige Teresa Ribera cambie de criterio tras la ronda de reuniones que están manteniendo con la Dirección General del Agua tras la carta remitida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para expresar el malestar del regadío con el Gobierno por haber priorizado el “extremismo ecologista” a las necesidades básicas de agua.

En paralelo, la federación denunció que la “discriminación” que sufre el agua en la agenda política puede suponer un “golpe letal” para el regadío y toda la industria agroalimentaria, en la antesala de la previsible aprobación de la nueva Ley de la cadena alimentaria.

Por ello, lamentó que en las últimas legislaturas las competencias del agua hayan ido “dando tumbos por diferentes carteras ministeriales”.

Por otra parte, Fenacore reclamó evaluar los costes económicos y sociales de la política agraria que, a juicio de los regantes, puede lastrar la producción agraria.