Poveda, que lleva 30 años trabajando en el activismo del VIH, lamentó en una entrevista con Servimedia que “personas de extrema derecha hayan abandonado el Valle de los Caídos para manifestarse en el barrio de Chueca. Que sepan que los ‘sidosos’ no nos vamos a ir de Madrid”, aseveró, tras lamentar que se haya recuperado el término “sidoso” en una manifestación en Madrid, término que Poveda consideró que estaba ya superado y que lo único que busca es estigmatizar al colectivo seropositivo.

“No tenemos miedo de salir a la calle. Hemos conseguido la visibilización del colectivo y no la vamos a perder. La extrema derecha precisamente se ha envalentonando porque nos ven de la mano por la calle. Además, también denunciamos más y aprovecho la ocasión pare recordarlo, hay que denunciar, siempre, las agresiones. A más violencia machista, homófoba, racista… más VIH, esto siempre pasa. Vamos a responder sin miedo y con contundencia porque nuestro miedo es su fuerza”, subrayó.

En su opinión, aunque la situación de los seropositivos ha cambiado mucho, recordó que “una persona con VIH y con carga viral indetectable, es decir, que no contagia, sigue sin poder conducir un taxi en Madrid y en Bilbao, por ejemplo”, por esto reivindicó que se cambie la clasificación empleada para definir esta enfermedad. Ahora se la considera infecto contagiosa, como a la Covid-19, cuando, en su opinión, debería ser infecto transmisible.

También ayudaría a revertir el estigma que aún existe sobre esta enfermedad “si una persona famosa dijera que es seropositivo. Fue muy importante que lo hiciera público Rock Hudson, Magic Johnson y también Freddie Mercury, aunque fuera el día antes de su fallecimiento”. Considera Poveda que sería un “hito” si un futbolista también saliera del armario “porque el mundo del fútbol es tremendamente machista y homófobo y, aunque se ha avanzado mucho, se han tomado medidas”, aún queda mucho camino por hacer en ese espacio social.

Por último, el activista recordó que en estos 40 años de historia del VIH, “otra pandemia como la del Covid”, 38 millones de personas han fallecido por una enfermedad que en los primeros años “fue calificada como cáncer rosa, como peste gay, estigmatizando a los que se infectaron, cuando nadie sabia nada de la enfermedad ni de cómo se contagiaba”.