En esta modalidad a caballo entre la caza y el tiro, un soltador o “colombaire” toma impulso y lanza los pichones al aire, mientras que los tiradores deben abatirlos de un tiro al atravesar una cuerda y antes de que lleguen al suelo.

Según las organizaciones ecologistas, esta práctica ya se ha abolido en varios países europeos por “considerarse inhumana”, y en lugar de pichones se utilizan platos de tiro para probar la destreza de los competidores.

Activistas de dichas asociaciones harán así entrega mañana de “platos de tiro” a los participantes en el campeonato de Ribarroja, a fin de incentivarlos a utilizar estos objetos” y “evitar el sufrimiento de miles de palomas”.

Posteriormente, la plaza de los Pinazo de Valencia acogerá un acto simbólico en el que se recordará a las miles de palomas víctimas de la competición se exigirá el fin de esta modalidad de caza y de cualquier otra que no respete a los animales.

Las palomas “sufren terriblemente durante todo el proceso, desde el momento en que son transportadas allí hacinadas en jaulas hasta el momento en que son agarradas y arrojadas de forma violenta al aire y sufren el impacto de los disparos”, afirmó Fundación Equanimal.

Entonces “caen al suelo a una velocidad de entre 50 y 70 kilómetros por hora, y muchas padecen una prolongada agonía en la tierra, que queda sembrada de incontables víctimas”, concluyó.