Rajoy avanzó estos datos durante una rueda de prensa en Roma con el primer ministro de Italia, Mario Monti, con quien mantuvo un encuentro bilateral para preparar la cumbre europea que la semana que viene celebrarán todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas.

A preguntas de los periodistas, Rajoy aseguró que "esperaba" la previsión de caída de la economía del 1% que la Comisión Europea ha augurado este jueves para España, hasta el punto de que "era plenamente consciente de que iba a ser así, e incluso podía haber sido peor".

Rajoy esgrimió que las previsiones del Banco Central Europeo para la economía española son del -1,5% en 2012, mientras que el Fondo Monetario Internacional elevó esa cifra hasta el -1,7%. Ahora, la Comisión Europea la cifra en el -1%.

Avanzó que el Ejecutivo español dará a conocer "en la primera quincena de marzo" su cuadro macroeconómico, con una previsión de decrecimiento que estará en línea con las de todos estos organismos, pero "no va a ser la más optimista", por lo que será peor del -1% previsto por la Comisión Europea.

A continuación, confirmó que el Consejo de Ministros del 30 de marzo aprobará el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012, justo cinco días después de que en Andalucía y Asturias se celebren las elecciones autonómicas del 25 de marzo.

Rajoy advirtió de que "este año va a ser difícil en España" y "es bueno que todos seamos conscientes de ello, porque, reconociendo cuál es la situación y el terreno que pisamos, podremos hacer bien las cosas" para el futuro.

El presidente del Gobierno añadió que los Presupuestos del Estado para 2012 tendrán "un techo de gasto prudente" para reducir el déficit público, así como una previsión de ingresos "sensata y razonable".

A su juicio, los Presupuestos deben ser "más austeros" que los de años anteriores, pero deben combinarse con "políticas de crecimiento" para que no sea necesario volver a subir los impuestos.

Finalmente, se mostró convencido de que los ciudadanos "entienden las decisiones" que está adoptando el Gobierno, dado que el país atraviesa un "momento difícil". Reconoció que algunas medidas, como la reforma laboral, han provocado protestas en las calles de los sindicatos, pero opinó que "no se va a producir tensión social si son percibidas por la gente como justas y necesarias".

"No tengo temor" a que las protestas vayan a más, apuntó, "creo en el equilibrio y la sensatez del pueblo español". Rajoy expresó su "respeto" hacia las manifestaciones de los sindicatos, pero insistió en que la reforma laboral aprobada por el Gobierno es "la que necesita España" y recalcó que con ella no busca "fastidiar a nadie".