En su intervención ante la Comisión de Políticas Integrales de la Discapacidad, calificó de “insuficiente” la inversión de 100 millones de euros para tres años prevista en el Plan de Salud Mental que el presidente del Gobierno anunció hace un mes, aunque aplaudió que por primera vez se preste atención pública a este tema y se coloque en la agenda política.

“Lo importante ahora es que no se quede en una moda pasajera”, ya que “lo peor tras la pandemia está por llegar”, alertó.

A su juicio, la iniciativa de crear un teléfono de tres cifras, similar al 016, contra el suicidio que prevé este plan “sí resultará útil y adecuada”. También valoró la creación de la especialidad de Salud Mental Infantojuvenil, pues España era, “junto a Bulgaria, el único país de la UE que carecía de ella”.

En cambio, González Zapico insistió en la necesidad de contratar más profesionales de la salud mental en la sanidad pública, sobre todo en atención primaria, cuestión que corresponde a las comunidades autónomas. “Con la ratio de psicólogos y psiquiatras que tenemos, la salud mental hoy en día es cosa de ricos”, lamentó.

Señaló que también sería necesario aumentar la contratación de otros profesionales en atención primaria, como trabajadores sociales.

González Zapico incidió en las desigualdades que rodean a la salud mental, cuyos problemas golpean más a las mujeres que a los hombres, a las personas con pocos recursos y a los ciudadanos de origen inmigrante. En general, las personas con pocos recursos tienen más posibilidades de sufrir ansiedad y depresión, de ver agravados estos efectos a causa de la crisis y de haber consumido medicación psiquiátrica (el 5,9% de este grupo lo ha hecho, frente al 1,6% de quienes tienen más recursos), declaró.