Sanidad

Los biomarcadores, futuro de la individualización del tratamiento de pacientes con Edema Macular Diabético

MADRID
SERVIMEDIA

Los avances en el estudio de biomarcadores inflamatorios facilitan la individualización del tratamiento del paciente con edema macular diabético, según se dio a conocer en la Reunión ‘RedTEN’ “10 años tejiendo redes en Retina”, donde se presentaron los últimos avances científicos en el ámbito de la Oftalmología.

La reunión contó con la participación de más de 100 especialistas de toda España, con presencia de expertos nacionales e internacionales, como los doctores Pearse Keane y Matías Iglicki, en una jornada que estuvo moderada por la doctora Maribel López Gálvez, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y el doctor Francisco Cabrera López, del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil Gran Canaria.

Los organizadores del evento, celebrado la semana pasada, explicaron que el edema macular diabético (EMD) es la principal causa de pérdida de visión en personas con diabetes. Esta enfermedad ocular se debe a un trastorno inflamatorio en la mácula del ojo, consecuencia de los cambios metabólicos secundarios provocados por el mal control de la glucemia en los pacientes diabéticos.

El EMD no presenta síntomas hasta estadios avanzados, cuando el paciente empieza a tener visión borrosa, una percepción “descolorida o desteñida” de los colores y distorsión de imágenes; y el reto que presenta es que el paciente reciba el tratamiento más adecuado al estadio concreto de su enfermedad, tanto si es de nuevo diagnóstico como ya previamente tratado.

El tratamiento del EMD es la terapia intravítrea, una técnica mínimamente invasiva -mediante inyecciones- cuyo objetivo es reducir el nivel de edema y prevenir la afectación de la visión.

En este sentido, durante la reunión, la doctora Maribel López Gálvez aseguró en la ponencia “Perfil de eficacia en pacientes con marcadores inflamatorios” que “actualmente se ha identificado la existencia de biomarcadores que pueden utilizarse para seleccionar la estrategia terapéutica más adecuada, ya que han demostrado su valor predictivo sobre la respuesta al tratamiento por parte del paciente”.

“Debería tenerse en cuenta el uso de biomarcadores que permiten realizar una evaluación del proceso inflamatorio del edema macular que sufre el paciente con el fin de establecer las necesidades terapéuticas de forma individualizada”, añadió la doctora. Para ello, es necesario el uso de la tomografía de coherencia óptica (OCT), prueba que permite detectar estos biomarcadores inflamatorios en el ojo del paciente, determinando el estado de salud ocular y permitiendo que el especialista pueda tomar decisiones terapéuticas en función de cada caso y ofrecer el tratamiento más adecuado a cada paciente.

En este sentido, explicaron también que, entre los biomarcadores de tomografía de coherencia óptica detectados como factores predictivos relevantes en el diagnóstico del EMD se encuentran el desprendimiento neurosensorial (DNS), los puntos hiperreflectivos (HRDs) y los quistes.

“Estos biomarcadores pueden ayudar a los médicos a predecir el efecto de la terapia intravítrea y a elegir el agente farmacológico más adecuado”, concluyó la doctora.

TRATAMIENTO TEMPRANO

Asimismo, la evidencia científica señala que los pacientes que logran una mayor ganancia visual son los tratados más tempranamente y de forma individualizada. Por ello, resalta la importancia de que el paciente reciba el tratamiento más adecuado en fases iniciales de la enfermedad, pues se traduciría en que los pacientes tendrían una menor carga de tratamientos, reducirían el número de visitas, y, por ende, su adherencia al tratamiento y sus resultados de agudeza visual mejorarían.

Por ello, analizar la presencia de biomarcadores inflamatorios en pacientes naïve podría permitir la individualización del tratamiento y optar al tratamiento con el implante intravítreo de dexametasona (OZURDEX), que proporciona mejoras significativas de la agudeza visual y reduce el número de inyecciones a dos al año desde el primer momento del diagnóstico, tal y como comentó el doctor Iglicki en su ponencia y ha sido publicado por otros autores.

Asimismo, en pacientes no respondedores o respondedores subóptimos a la terapia antiangiogénica, que se estima en un 40%, todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que realizar un cambio temprano al implante de dexametasona permitiría obtener un mejor resultado funcional.

(SERVIMEDIA)
23 Nov 2021
SDM/gja