En rueda de prensa antes de la Junta de Portavoces de la Cámara, Echenique resaltó que fuentes populares habrían afirmado que Casado “no sabía por quién era la misa”, por lo cual dedujo que “una vez supo por quién era la misa se quedó”.

Juzgó esto “de enorme gravedad” y, aunque admitió que la asistencia de Casado justo a esa misa de Granada “lo podemos adjudicar al azar”, pero subrayó que sólo “había 10 misas por Franco” de un total de 23.000 en toda España, por lo que había un 0,005% de posibilidades de que el líder popular se metiera en una y “esto merece una explición”.

Por su parte, Errejón, que compareció justo después, reconoció que la entrada de Casado en esa misa pudo ser “una anécdota” y “una casualidad”, pero aventuró que, si la canciller alemana, Angela Merkel, se hubiera metido accidentalmente en un homenaje a Adolf Hitler, a la mañana siguiente estaría diciendo que se había equivocado, reafirmado su compromiso por la democracia y disculpándose por si había ofendido a alguien. Por tanto, para Errejón, si fue una casualidad, Casado “tiene que salir y explicarlo”.