Libro ‘Políticamente indeseable’

Álvarez de Toledo: “Pablo permitió la construcción de una caricatura sobre mí y mi erosión política y mediática”

MADRID
SERVIMEDIA

Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del PP por Barcelona y exportavoz del Grupo Parlamentario Popular, señala en su libro ‘Políticamente indeseable’ que el presidente de su formación, Pablo Casado, permitió “la construcción de una caricatura” sobre ella y también su “erosión política y mediática”.

Así lo analiza en el libro que publica hoy con Ediciones B, en el que relata cómo fue su nombramiento como portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, puesto del que fue destituida en agosto del año 2020 por decisión de Casado, a quien define como “un hombre de empatías variables, un camaleón sentimental”, lo que se llama “un bienqueda o un veleta”.

Entre los asuntos que desvela en este libro de 519 páginas, se refiere a la campaña “soterrada” que se urdió para convertir a Casado en el próximo líder del PP y su opinión previa de que “había algo” en él que no acababa de convencerle. “Siempre había trabajado para gente más inteligente y más valiente que yo, y no me sumé” a esa campaña, dice.

No obstante, se refiere al hilo que mantuvo con Casado hasta que dio el paso de presentarse a las primarias. “Un año después finalmente acepté su propuesta del volver al PP. ¿Qué cambió para que yo cambiara de opinión? Quizá menos de lo que quise creer”, indica Álvarez de Toledo en ‘Políticamente indeseable’, cuya presentación está prevista para el 29 de este mes.

La exportavoz del PP en la Cámara Baja relata cómo se sumó al PP a pesar de que el entusiasmo por su candidatura no era compartido por una parte importante de la estructura del partido. Álvarez de Toledo alude a los que cataloga como los entonces “barones blandos”, y menta a Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Alonso, Alfonso Fernández Mañueco y Juanma Moreno como los que ofrecieron “un pulso al propio Casado” por su nombramiento.

Según su relato, estos barones del PP veían a Casado “tierno, dubitativo y débil” y “con razón”. “¿Por qué me nombró si tenía tantas dudas y luego me destituyó?”, plantea en estas páginas la diputada del PP, y ella misma responde que “por ausencia de una alternativa clara” y opina que también fue decisivo “el propio pulso de los barones”.

“Tanto le dijeron a Pablo ‘no la nombres, no la nombres, no la nombres’, que se vio obligado a nombrarme para reafirmar su autoridad”, enjuicia Álvarez de Toledo, un “riesgo” que asegura que ella percibió en su día y así se lo trasladó al propio Casado diciéndole que no quería ser nombrada portavoz “en respuesta a un chantaje”.

Cuando todavía se especulaba sobe quién ostentaría la Portavocía del Grupo Parlamentario Popular, Álvarez de Toledo recuerda cómo “los barones blandos no sólo querían abortar mi designación como portavoz, sino también desterrar a Génova al jefe de Gabinete de Casado”, que entonces era Javier Fernández-Lasquetty, “una de las mejores cabezas que tiene el PP”.

Álvarez de Toledo reconoce en estas páginas que Casado tiene un trato personal “magnífico”, pues es “cariñoso y cálido”, además de saber “las teclas que hay que tocar y las toca bien”. “Y creo que me tenía un aprecio sincero. Yo a él también”, reconoce, aunque cuenta conversaciones privadas antes de ser nombrada portavoz con Casado hablando “de lo difícil que lo tenía, de lo ingratos que eran algunos barones con él, de lo injusta que era la prensa”.

Todo ello, resalta Cayetana, “con ese punto Calimero, victimista, que a menudo me exasperaba”. “Me daban ganas de consolarle y de sacudirle a la vez: ‘Venga. Anímate. Toma una decisión, la que sea. Lidera’”, expone, y opina que “un líder con las ideas claras habría encarado abiertamente” las especulaciones en torno a su nombramiento, ya fuera para confirmarlas o para desmentirlas.

“No se habría expuesto a las presiones de sus rivales internos y desde luego no habría permitido que a su presunta candidata la arrastraran a diario por el fango. Pablo permitió la construcción de una caricatura sobre mí y mi erosión política y mediática”, llega a decir Álvarez de Toledo en ese proceso antes de ser nombrada portavoz.

Asegura también que todo este proceso “agravó las dudas” que ella tenía acerca de si asumir o no la responsabilidad de la Portavocía. “Durante mucho tiempo me resistí internamente al nombramiento”, confiesa, asumiendo sus “limitaciones en la gestión de grupos humanos” y también reconociendo el “vértigo”.

Eso sí, Álvarez de Toledo remarca que “las vacilaciones de Pablo acrecentaban” su “inseguridad”, hasta el punto de que llegó a plantearle una alternativa, ser la portavoz en la Comisión Constitucional y desde ahí ocuparse de “la reconstrucción de nuestra posición en Cataluña”.

En su libro hace hincapié en cómo Casado estaba “agobiado” por “la presión de los barones” y “vacilando” con su nombramiento, hasta el punto de que a las puertas de un Comité Ejecutivo el 26 de junio de 2019 dice que le ofreció ser portavoz “y a la vez abortó” su designación al decirle ella que asumía el reto pero que debían pensar “a fondo el equipo” antes de anunciarlo todo.

Ya una vez nombrada para este cargo oficialmente el 30 julio de 2019, relata entre otras cosas que no le sorprendió que el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, se interesara por la composición del Grupo Parlamentario y su buen funcionamiento. “Ahora bien, una cosa es el interés y otra el empeño obsesivo por ejercer un dominio despótico sobre todos los aspectos de la gestión del Grupo”, apunta.

Álvarez de Toledo subraya que Casado “no defendió” su “autonomía” al frente del Grupo Parlamentario Popular y ni siquiera su “supervivencia”. Admite, además, que le cuesta hablar de García Egea y ya le pasaba cuando era portavoz y se preguntaba “cómo es posible que yo tenga que dedicar a este hombre tanto tiempo y energía”.

A su juicio, el ‘número dos’ de Génova es “un arquetipo” y perfiles como el suyo proliferan en los partidos. “Son políticos en los que no se recuerda ninguna idea original o realmente valiosa, pero que acaban imponiéndose por la pura fuerza de su ambición. Ansían en el poder. Buscan el poder. Y a menudo acaban ejerciendo el poder. Y de una manera despótica. Teocrática. Teodocrática”, critica.

Es más, la que fuera portavoz de los populares en el Congreso de los Diputados sostiene que la forma de hacer política de García Egea “son las pelotas y el peloteo” y que “esto último es absolutamente esencial” porque “la coba al jefe se convierte en una consigna y permea la organización de arriba abajo con una facilidad pasmosa y letal”.

En su opinión, García Egea quería “una portavoz florero” y “quizá Pablo tampoco quería una portavoz con personalidad propia”. “Y si alguna vez la quiso, pronto se arrepintió. Me lo comentó un día una persona que había trabajado mucho con él: ‘Pablo es un coleccionista y tú fuiste una de sus piezas en la colección’”, cuenta entre otras cosas Álvarez de Toledo en su libro.

(SERVIMEDIA)
18 Nov 2021
MFN/clc