Morenés se propone utilizar la defensa para dar a España "el lugar que le corresponde en el mundo"

- Define la misión en Afganistán como "una misión de paz en un escenario de guerra"

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, adelantó hoy que una de las prioridades de su desempeño será servir a la acción exterior de España y darle al país "el lugar que le corresponde en el mundo".

Morenés compareció hoy por primera vez ante la Comisión del ramo del Congreso de los Diputados, para esbozar las líneas maestras de lo que será su proyecto al frente del Ministerio. Como premisa, definió la defensa como una política de Estado, un bien público y un servicio público de carácter universal. Ella y la política exterior deben mantenerse estables y predecibles aún en tiempos de crisis, reivindicó, conjurándose para implicar a la sociedad haciendo "cultura de defensa".

No obstante, el ministro reconoció que la actual coyuntura exige austeridad y optimización y adaptabilidad de recursos. Para ello, anunció la revisión de todas las partidas presupuestarias vinculadas a la operatividad y la elaboración de una “Visión de las Fuerzas Armadas 2025”. que tratará de dar a cada capacidad una aplicación múltiple.

A nivel orgánico, detalló que la anunciada reestructuración del Ministerio aplicará el principio "una administración, una competencia", redistribuyendo tareas entre el órgano central y los estados mayores y separando el planeamiento de la gestión.

Respecto a las misiones internacionales, sobre las que apenas se extendió porque pretende comparecer de nuevo ante la Comisión con este tema monográfico, Morenés anunció que evaluará todas ellas teniendo en cuenta la "reflexión interna" de España, la evolució de las situaciones y los compromisos con los aliados.

El ministro mostró también su voluntad de aplicar y desarrollar las dos grandes leyes aprobadas por el anterior Gobierno en materia de personal: la de Carrera, con la doble formación militar y civil pero ésta pensada para servir a aquélla, y la de Derechos y Deberes de los militares, a cuyo contenido dijo que se ajustará "estrictamente".

Sobre la ley de tropa y marinería dijo que espera corregir algunos efectos sobrevenidos en su aplicación y anunció que concederá la nacionalidad española a los marinos extranjeros que presten dos años de servicio en las Fuerzas Armadas. Él, por su parte, confirmó que promulgará una ley de régimen disciplinario.

Morenés abordó también el espinoso tema de los programas especiales de armamento que han provocado a Defensa una deuda de más de 25.000 millones de euros, y aseguró que ya se están elaborando iniciativas al respecto, buscando nuevas áreas de colaboración con las industrias y acuerdos internacionales para facilitar su exportación. Otra vía será potenciar las sinergias con los aliados de España, la llamada "smart defense".

RÉPLICAS

Entre los portavoces de los grupos parlamentarios, la socialista Trinidad Jiménez suscribió los "principios generales" expuestos por Morenés y los situó en "continuidad" con lo aprobado por el Gobierno anterior, del que destacó las leyes aprobadas en personal, la obligación de que el Parlamento autorice las misiones y la preocupación por la seguridad de los soldados.

Los portavoces de Izquierda Plural y el Grupo Mixto, José Luis Centella y Joan Tardà (ERC), fueron los más críticos con una política de defensa que consideran supeditada a los intereses de la OTAN y de las industrias militares, y un gasto que, según Tardá, "éticamente no se aguanta" en tiempos de recortes. Centella pidió incluso que España renuncie oficialmente a la guerra como hacía la Constitución de la II República.

Desde CiU, Jordi Xuclá apoyó las misiones internacionales como "uno de los cometidos que dan más sentido al ejército", pero llamó a no tener miedo a reducir la dimensión del ejército y centrarse en temas que requieren menos recursos como la inteligencia y la lucha contra ataques cibernéticos.

Por su parte, la portavoz de UPyD, Irene Lozano, avaló la reestructuración y la cultura de defensa. Pero, a la vez, ironizó con la "justicia poética" que subyace al hecho de que Morenés vaya a tener que arreglar ahora la deuda provocada por los programas de armamento que impulsó cuando fue secretario de Estado.

Además, exigió al ministro la promesa de que su pasado en la industria militar no hipotecará su deber con el bien común, y le reprochó que no mencionara la palabra "guerra" en su visita a las tropas en Afganistán.

En su réplica, Morenés aseguró no tener ya vinculaciones con la industria, a las que dijo haber renunciado pese a la cómoda situación vital que le proporcionaban, y no tener tampoco ningún reparo a reconocer que lo de Afganistán es "una misión de paz en un escenario de guerra".

"Eufemismos, de este ministro no va a tener ninguno", advirtió, en un reproche tácito a su predecesora Carme Chacón, a quien sus adversarios le recriminaban soslayar la palabra "guerra".

Dijo también que los programas de armamento se acordaron en su día con la oposición y que la inversión en defensa es ya muy inferior a la que correspondería a España y le exigen sus aliados. Máxime cuando la defensa exige inversión preventiva por su naturaleza eminentemente disuasoria y por cuanto que no se puede improvisar.

A Trinidad Jiménez le agradeció su disposición tanto cuando estaba en el Gobierno como ahora que está en la oposición, y a los portavoces más antimilitaristas se limitó a ofrecerles intento de cercanía en aquellos temas donde no les separe una discrepancia radical de fondo. A Xuclá, por último, le desmintió una aseveración en la que éste sostenía que el programa del PP prometía reducir mandos e instalaciones militares.

(SERVIMEDIA)
26 Ene 2012
KRT/jrv