Según indicó Ecologistas en una nota de prensa, "el nuevo año empieza para la central nuclear de Ascó como terminó el anterior: tomando la delantera a todas las demás centrales en lo que a fallos, sucesos y paradas no programadas se refiere".

"Es el segundo ocurrido en este mes de enero, que se inauguró con un problema en la calibración de una de las válvulas de seguridad del presionador, el pasado día 3", aseguró la organización, que añadió que, en este caso, la consecuencia ha sido una parada no programada que ha provocado una reducción brusca del abastecimiento eléctrico, de los 1.000 megavatios de potencia que suministra el reactor averiado. Ecologistas señaló que la "escueta" nota publicada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) indica que la avería ha sido provocada por un "descenso en el nivel de uno de los generadores de vapor", un hecho que, según la notificación del titular, se produjo "por el cierre de una de las válvulas de aislamiento de agua de alimentación principal del citado generador".

Para la organización, "el desprecio por la cultura de la seguridad por parte de los titulares de la planta hace tiempo que debería haber llamado la atención del CSN, que se limita a sancionar solamente sucesos extraordinarios como la fuga de partículas ocurrida en la misma central hace cuatro años".