Incluso con un calentamiento global de 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales -un límite recogido en el Acuerdo de París y asumido este domingo por el G20 en Roma (Italia), alrededor de 2.300 millones de personas podrían ser vulnerables a olas de calor severas en las ciudades.

Así se recoge en una guía lanzada este miércoles por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la organización RMI, dedicada a la transición hacia energías limpias. El documento fue dado a conocer este miércoles en la Cumbre del Clima de Glasgow, conocida como COP26.

La guía ofrece a los planificadores urbanos una enciclopedia de opciones comprobadas para ayudar a un enfriamiento sostenible de las ciudades gracias a decenas de estudios de casos.

“La ciencia nos dice que para evitar que las temperaturas globales aumenten más de 1,5°C, debemos lograr emisiones netas cero para mediados de siglo. El enfriamiento urbano sostenible y equitativo debe ser parte de los esfuerzos de las ciudades para alcanzar los objetivos de energía neta cero”, apuntó Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.

La guía describe cómo las ciudades se están calentando rápidamente por el ‘efecto isla de calor’, causado por una combinación de cubierta verde disminuida, las propiedades térmicas de los materiales comúnmente utilizados en las superficies urbanas y el calor residual de actividades humanas.

MÁS AIRE ACONDICIONADO

El manual señala que la demanda de refrigeración de espacios está aumentando y se prevé que se triplique entre 2016 y 2050 a medida que millones de hogares en países en desarrollo adquieran acondicionadores de aire en las próximas décadas.

Además, los impactos del calor urbano no se distribuyen de manera uniforme. Los distritos y las comunidades de bajos ingresos suelen ser los más vulnerables al calor, lo que coloca los impactos negativos del calentamiento excesivo de manera desproporcionada en quienes que tienen menos probabilidades de pagar o acceder al confort térmico.

Según la guía, los beneficios de la refrigeración urbana sostenible son de gran alcance, como mejora de la salud y la productividad, reducción de las emisiones y beneficios económicos.

Las estrategias de enfriamiento se pueden optimizar para trabajar juntas de manera eficiente. El informe apuesta por un enfoque de sistema completo, es decir, reducir el calor a escala urbana, rebajar las necesidades de enfriamiento en los edificios y satisfacer las necesidades de enfriamiento en los edificios de manera eficiente.

“Este nuevo manual proporciona una descripción integral y única de los enfoques de enfriamiento urbano sostenible dentro de un marco integrado de 'sistema completo'”, subrayó el director ejecutivo de RMI, Jules Kortenhorst, quien agregó: "Incluye una guía práctica para ayudar a las ciudades a organizar y priorizar la acción hacia un enfriamiento urbano sostenible y equitativo, al tiempo que reduce las emisiones y aumenta la resiliencia de la ciudad".

Los 80 casos de estudio y ejemplos de apoyo de la guía demuestran la eficacia de las estrategias descritas, y pueden ayudar a las ciudades a encontrar el enfoque que mejor se adapte a sus contextos únicos. Por ejemplo, París (Francia) alberga el primer y mayor sistema de refrigeración a nivel de distrito en Europa; cuando la temperatura del agua del río Sena, que atraviesa la ciudad, es inferior a 8ºC, esa agua se usa para ofrecer un ‘enfriamiento gratuito’.

Toronto (Canadá) ha puesto en marcha el sistema de enfriamiento lacustre más grande del mundo y emplea el lago Ontario como fuente de energía renovable. Y Medellín (Colombia) creó 36 corredores verdes entre 2016 y 2019 que han ayudado a reducir la temperatura hasta 4ºC.