El acusado, Alberto Ortega, apuntó este posibilidad en el juicio que la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha celebrado esta mañana contra él. La fiscal encargada del caso, Ana Noé, solicitó que se condene a Ortega a un año y medio de prisión, al acusarle de un delito de enaltecimiento del terrorismo en su vertiente de humillación a las víctimas.

El acusado señaló al inicio de la vista oral que en su ordenador no tiene clave de acceso –algo desmentido por los peritos de la Guardia Civil que comparecieron en la vista oral- y añadió que ha tenido que formatear en varias ocasiones su computadora por tener alojados “virus gusano”.

Los hechos se iniciaron el pasado 30 de julio de 2009, el mismo día en que los agentes Salva Lezaún y Sáez de Tejada fallecieron en el atentado con bomba-lapa perpetrado por ETA en la localidad de Palmanova (Islas Baleares). La fiscal sostiene que ese mismo día, el acusado, utilizando el nombre de usuario de “Alberto Asturias Dixebra”, publicó un mensaje en Tuenti en el que decía “los picolos vuelan” seguido de una carcajada.

“TIROS EN LA NUCA”

El 10 de agosto, como comentario a una foto de un usuario denominado “Gora Euskal Herria” -cuyo titular no ha podido ser identificado- en la que aparecían tres agentes de la Ertzaintza rodeados por fuego, Ortega escribió: “Una pena que no ardiesen ellos”.

En otro comentario publicado el 20 de agosto, el acusado señalaba en relación con los agentes de la Ertzaintza: “A ver si acaban como los picolos de Mallorca. Puxa Euskal Herria llibre y socialista, que siga la lucha”.

Ortega también abogó por pegar “tiros en la nuca” a “zipaios, picolos, munipas o policía española” en un comentario publicado el día 23.

Tras las protestas de varios usuarios, Tuenti decidió el 24 de agosto denunciar ante la Guardia Civil al usuario “Alberto Asturias Dixebra”.

Los agentes que comparecieron hoy en la vista oral señalaron que la investigación que iniciaron tras la denuncia reveló que el usuario en cuestión utilizaba un ordenador situado en un domicilio de Gijón, que resultó ser la vivienda del padre del acusado.

TUENTI SIN PUBLICIDAD

La defensa de Ortega negó ante el tribunal que su cliente sea el autor de estos mensajes y aseguró que alguien ha podido suplantar su personalidad utilizando su ordenador “de forma remota”.

“Hay una amplia delincuencia en el momento actual en el que los ordenadores o servidores son utilizados como instrumentos remotos para la comisión de delitos”, señaló.

El abogado indicó además que los comentarios que se vierten en Tuenti no son públicos, sino que se trata de “conversaciones restringidas”, por lo que, de todas formas, no se daría el componente de difusión necesario para cometer un delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas.

El letrado defendió que los comentarios van dirigidos a un “círculo reservado de amigos”, un número que, en el caso de Ortega, según señalaron los peritos de la Guardia Civil, se elevaba a 584.

Para la fiscal Noé, en cambio “ha quedado claramente acreditado” que el autor de los mensajes fue el acusado, quien “evidenció un notable desprecio” hacia los dos agentes de la Guardia Civil asesinados por ETA.