Halloween suele ser una de las festividades favoritas para los niños, ya que es una oportunidad para disfrazarse y, mediante el famoso “truco o trato”, pedir caramelos. Aunque son muchos los adultos que también participan y disfrutan de esta noche y, en muchas ocasiones, organizan durante la misma planes y fiestas temáticas.

El cine y la televisión han jugado un papel importante en esta fiesta con la producción de series de Netflix como ‘El juego del calamar’. El nuevo fenómeno de la plataforma digital se consagra como el disfraz más popular en las ventas de las tiendas de este sector, con una gran ventaja frente al mono rojo con la máscara de Salvador Dalí de ‘La casa de papel’.

Entidades dedicadas a la protección de la infancia, como ANAR, mostraron su preocupación por la “alarma social” surgida en torno a esta producción, convertida en la serie más vista de la historia, de la “peligrosidad” que supone su contenido para los menores de edad y la obligación de los padres de supervisarlo para que no “normalicen” las conductas violentas que aparecen en la serie.

No obstante, la empleada de Party Fiesta, del barrio de Hortaleza (Madrid), Patricia Pedrero, explicó que “no hay una edad concreta para la venta del disfraz, desde los más pequeños hasta los mayores”. También añadió que entre los más vendidos en su comercio se encuentran el disfraz de la catrina mexicana, así como las típicas máscaras de miedo.

Según el último estudio elaborado por el comparador de precios ‘idealo.es’, la demanda de disfraces de la Noche de Brujas aún no ha recuperado sus niveles pre pandemia. En un año marcado por la flexibilidad de las restricciones, la moderada reapertura del ocio nocturno y el cese del uso de mascarillas en espacios abiertos, siempre que se pueda sostener la distancia mínima, las celebraciones por este 31 de octubre aún mantienen su cautela.