En su discurso inaugural como presidente, que cerró con un cuádruple agradecimiento en cada una de las lenguas oficiales del Estado, García-Escudero se marcó como objetivos generales la austeridad, la ecuanimidad con los distintos grupos y "no ahondar en las divisiones, sino acortar las distancias y buscar puntos de encuentro".

Pero también vinculó la creación del Senado al Estado de las autonomías y reconoció que, mientras éste se ha desarrollado plenamente, el Senado no ha llevado a término su "capacidad de representación territorial".

Pese a las diversas reformas del reglamento que se han intentado, admitió que "la gran cuestión sigue pendiente". Y, mostrándose dispuesto a acometer el "gran objetivo pendiente, dotar al Senado de más representación territorial", abogó por el diálogo político para, dentro de la lealtad a la Constitución, armar el consenso que se requiere para poder aprobar las reformas a tal efecto.

Ya fuera del salón de plenos, García-Escudero puntualizó que la reforma debe respetar los procedimientos y surgir de los propios grupos parlamentarios, sobre el informe que elaboró al respecto el Consejo de Estado hace dos legislaturas. Otro tanto ocurriría con una hipotética reforma del reglamento lingüístico de la cámara.

Preguntado por los periodistas, señaló también que la asistencia del presidente del Gobierno a la sesión de control en el Senado, que estrenó José Luis Rodríguez Zapatero, es "una costumbre que debería respetarse", si bien aseguró no haber hablado sobre este particular con Mariano Rajoy.

APOYOS

Si el nuevo presidente del Senado recordó que para reformar el Senado es necesario la iniciativa y el consenso de los grupos, no tuvo que esperar mucho para encontrar el apoyo del segundo y tercero con mayor representación en la cámara: el del PSOE y el de CiU.

En nombre de los socialistas, su secretario de Organización y desde ahora también senador, Marcelino Iglesias, expresó una "gran satisfacción" por la reforma sugerida por García-Escudero para una "especialización territorial" de la cámara.

"Con nuestro apoyo ya saben que pueden contar", garantizó. "Era el PP el que tenía más reticencias, aunque del discurso del presidente debo deducir que esto puede ir para adelante".

Desde CiU, Jordi Vilajoana también se declaró "muy satisfecho" por la iniciativa de García-Escudero, a quien anunció que su grupo había votado y de quien aseguró que "va a ser un gran presidente".

Según dijo, "todos los países federales tienen una cámara territorial que es absolutamente prioritaria", por lo que deseó que el Senado llegue a ser "la cámara que siempre debería haber sido". Además, dijo estar "convencido" de que el PP no va a dar marcha atrás sobre el uso de las lenguas cooficiales, porque a su juicio ello "complicaría las cosas".

Por último, el sucesor de García-Escudero como portavoz popular en la cámara, José Manuel Barreiro, hizo una "valoración positiva" de la propuesta, aunque aclarando que él entiende la posible reforma del Senado "no como un fin en sí mismo, sino como un medio para dar respuesta a los problemas de los ciudadanos".