El rector de la Universidad de Alcalá realizó esta afirmación en la apertura del curso “La deslegitimación del terrorismo, aspecto clave en una sociedad democrática”, que se celebra hoy en el citado centro educativo y que fue inaugurado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tras las palabras de Rubalcaba, el rector realizó su intervención e indicó, al hablar del problema terrorista, que “el fanatismo está íntimamente unido con la intolerancia” y que mientras “el intolerante, si tiene posibilidades, prohíbe lo que no le gusta, el tolerante soporta lo que no le gusta y, aunque pudiera hacerlo, no lo prohíbe por razones prudenciales”.

“A mí personalmente”, añadió, “no me gustan los nacionalismos, me parece que han sido la causa de que el siglo XX se haya convertido en un pelotón de fusilamiento en estado permanente”.

“No sólo no me gustan”, continuó, “sino que en ocasiones hasta les temo, pero, aunque pudiera, no los prohibiría; es mejor poner entre paréntesis nuestras diferencias para poder seguir viviendo en sociedad”.

En esta línea, señaló que “el ideal de convivencia entre personas diferentes, nacionalistas y no nacionalistas, justifica esa virtud menor que es la tolerancia ante quienes no piensan y no sienten como nosotros”.

Sin embargo, apuntó que también conviene estudiar “los límites de la tolerancia”, porque “el que tolera todo puede perder todo”. “También la tolerancia tiene sus límites”, afirmó, puesto que “hay tolerancias insensatas, suicidas”, como es “la tolerancia de cualquier tipo de práctica que viole los derechos humanos”.