200 MILLONES DE MINAS SIN DESACTIVAR PROVOCAN 800 MUERTOS AL MES EN EL UNDO
- La organización ecologista inicia una campaña internacional contra este tipo de armas
- España está entre los doce primeros productores del mundo
- En la actualidad existen 200 millones de minas desplegadas por distintos estados
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La organización ecologista Greenpeace ha iniciado una campaña internacional contra el uso y fabricación de minas, ante las graves consecuencias que está teniendo durante los últimos años la profileración de este tipo de armamento. Xavier Pastor, presidente de Greenpeace España, manifestó hoy en rueda de prensa que "en la actualidad las personas mueren por la acción de estas armas, incluso cuando las guerras concluyen las minas persisten".
Según los datos de Greenpeace, en la actualidad existen 200 millones de minas repartidas por 25 países del planeta que cada mes matan o mutilan a 800 personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en la guerra de la ex Yugoslavia estas armas han provocado la mutilación de asi un millar de miembros.
En Camboya, han mutilado y matado más civiles durante tres años de paz, que en 20 años de guerra civil, y en Afganistán impiden en algunas zonas la explotación agrícola de las tierras y la trashumancia del ganado. El fin de las guerras en Afganistán, Irak, Angola y Camboya, dejaron al menos 36 millones de minas sin detonar.
Para Xavier Pastor, estas circunstancias revelan el importante impacto social, económico y medioambiental que acarrea la dispersión de minas en esto países.
BAJO COSTE ECONOMICO
La organización ecologista mantiene que uno de los factores que han resultado determinantes en la proliferación de estas armas es su bajo coste ecónomico. Una mina de tierra puede costar alrededor de 500 pesetas y una "bomba de racimo", que tras lanzarse de un avión deja caer casi un centenar de granadas, unas 56.000. Sin embargo, desactivar cada uno de estos proyectiles cuesta a Naciones Unidas 140.000 pesetas.
Las minas y submuniciones similares son producidas po unas 100 compañías en 50 países que fabrican más de diez millones de unidades cada año. La mayor parte de la producción procede del norte industrializado, pero son los países en desarrollo quienes más importan.
Los fabricantes utilizan a menudo una publicidad tan directa como contundente. Por ejemplo, un anuncio de las fábricas de armamento de Pakistán dice "La mina FOB Karachi ha sido diseñada con vistas a producir más daños. Las investigaciones han demostrado que es mejor lisiar al enemigo que matalo. Un hombre herido requere asistencia médica, transporte y evacuación hacia la retaguardia, causando por tanto perturbaciones en las vías de comunicación de la línea de combate".
El fabricante estadounidense Brunswick dice en defensa de sus submunición que "la alternativa no nuclear ofrece la capacidad de provocar múltiples muertes o ataques por medio de la dispersión selectiva de grandes cantidades de submunición sobre áreas concretas".
Un informe de Greenpeace indica que muchos fabricantes esán parcialmente en manos de grandes compañías, como Fiat, Giat, Diehl, Thorn EMI, Bristish Aerospace, Honeywell y Ercros.
ESPAÑA, UN IMPORTANTE PRODUCTOR
Asimismo, señala a España como uno de los doce países que más minas producen en el mundo, merced a la actividad del grupo empresarial Expal (Explosivos Alaveses S.A.), empresa vinculada a Unión Española de Explosivos S.A. del grupo Ercros, "y por tanto bajo la tutela de la multinacional kuwaití KIO".
Según Xavier Pastor, ante la situación por a que ha atravesado KIO en nuestro país, Expal, cuya facturación anual se acerca a los 12.000 millones de pesetas, está negociando con otras grandes multinacionales para llegar a un acuerdo de compra.
Greenpeace afirma que minas fabricadas en España se han utilizado en los conflictos armados que enfrentan a Marruecos con el Frente Polisario, en Mautitania y en la guerra entre Irán e Irak.
Por ello, la organización ecologista se ha dirigido a los ministros de Defensa, Industria y Asuntos Exteriore solicitándoles que el Gobierno español prohiba la producción, exportación, uso y comercio de todas las minas y sus componentes.
En cualquier caso, Naciones Unidas tiene prevista celebrar una conferencia en septiembre de 1995 para intentar restringir el comercio y fabricación de este tipo de armamento.
(SERVIMEDIA)
12 Abr 1994
GJA