En concreto, según el Observatorio Caser Pensiones de 2011, el porcentaje de personas que no ahorra para la jubilación por confiar en el sistema público de pensiones alcanzó el 58% en 2009. Sin embargo, se redujo al 36,7% en 2010 y al 29% en el presente año.

El informe muestra también un ligero incremento en el porcentaje de personas que creen que en el futuro (a 20 ó 30 años) la Seguridad Social desaparecerá, pasando de un 15,2% a un 17,5%. Sin embargo, la probabilidad de quiebra que los encuestados ven en el sistema público de pensiones se mantiene estable en los 6,19 puntos sobre un máximo de 10.

En conjunto, la proporción de españoles que ahorra en un plan privado pensando en la jubilación se redujo en 2011, pasando de un 40,8% el año pasado a un 36,2%.

La razón más frecuente para no acceder a previsión social complementaria es la incapacidad de ahorrar. No obstante, este porcentaje se redujo cinco puntos en 2011, pasando del 65,1% al 60,5%.

La segunda razón, que en 2011 ha sustituido en esta posición a la confianza en la Seguridad Social, fue la de aquellos que se sienten demasiado jóvenes para empezar a ahorran para su jubilación, con un 46% del total. Este porcentaje se ha incrementado diez puntos en comparación con el año pasado (36,3%).

Por el contrario, los que se consideran ya demasiado mayores para ahorrar se ha reducido en la misma proporción, diez puntos, del 26,2% al 12,8%.

El informe de Caser muestra también que del 36,2% de la población entre 18 y 65 años que tiene contratado un plan de ahorro para la jubilación, el 5,8% no hará ninguna aportación este año debido a las dificultades económicas, lo que supone algo más de 650.000 personas.

REFORMA DE PENSIONES

Asimismo, la encuesta refleja la opinión de los ciudadanos sobre la reforma de pensiones y sobre las medidas que se han adoptado o se podrían tomar en un futuro.

La que levanta un mayor rechazo es la reducción de la cuantía de las pensiones, que recibe una puntuación de 2,6 puntos sobre 10.

A continuación se sitúa la eliminación o reducción de algunas pensiones no contributivas (3,1), la congelación de las prestaciones (3,2) y el aumento de la edad de jubilación (3,8).

Por el contrario, los ciudadanos ven con buenos ojos medidas destinadas a mejorar la tasa de natalidad (6,5), a incentivar mediante ventajas fiscales el ahorro privado (6,4) y el incremento de las cotizaciones que pagan las empresas (5,6).