Según informó la Policía, la madre entraba en las sucursales bancarias y escogía a personas de avanzada edad que hubieran retirado dinero en efectivo. En el exterior del banco, otros integrantes del grupo seguían a la víctima hasta un lugar aislado en el que hacerse con el reintegro mediante distracciones o bien amenazando con armas blancas.

En primer lugar, los componentes del grupo se posicionaban en los alrededores de los bancos y controlaban el tránsito de los clientes. Uno de los integrantes de la banda, habitualmente la mujer de 74 años, se introducía en el interior de la sucursal y se situaba junto a las cajas con la intención de detectar a algún cliente, preferentemente de avanzada edad, que hubiera realizado el reintegro de una cantidad considerable de dinero.

Una vez localizado el objetivo, la mujer lo "marcaba" para el resto de integrantes que se encontraban en el exterior y les indicaba dónde portaba la víctima el dinero. Estos miembros de la banda, mientras la víctima se alejaba de la sucursal, la seguían hasta algún lugar con poco tránsito y procedían a asaltarla y arrebatarle el efectivo.

Los investigadores identificaron a madre e hija como las autoras de varios robos con violencia sobre personas mayores. Un dispositivo policial permitió localizar y detener a ambas en Madrid. La investigación continúa abierta al objeto de identificar a otros componentes de la organización.