El proyecto nace después de que el Gobierno haya sometido el anteproyecto durante tres meses a consultas de los principales órganos consultivos y de las asociaciones de consumidores.

A petición de estas últimas, por ejemplo, el Ejecutivo ha aceptado endurecer el texto inicial y la pornografía no podrá emitirse en abierto a ninguna hora. Asimismo, los programas dedicados a juegos de azar y apuestas, ya sea en abierto o en codificado, sólo podrán emitirse entre la una y las cinco de la madrugada.

El nuevo órgano regulador, el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, será elegido por tres quintos del Parlamento y tendrá competencias para imponer sanciones, que podrán llegar hasta la retirada de licencias y multas de un millón de euros.

En esta ley irán recogidas regulaciones ya en vigor como la TDT de pago, la reciente liberalización en la propiedad accionarial de las cadenas o la inversión obligatoria de las televisiones en cine europeo (5% de sus ingresos brutos anuales para las privadas y 6% para las públicas).

También se fija un nuevo marco de concesión y renovación de licencias y se introducen diferentes tratamientos para la publicidad y sus tiempos de emisión.

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que se trata de una ley "necesaria, deseada, liberalizadora y garantista" para el sector audiovisual. Aseguró que el texto que llegará al Congreso "goza de cierta madurez", porque ha sido discutido y mejorado con aportaciones de los colectivos afectados, "pero estamos seguros de que será perfeccionado en el trámite parlamentario".