Por su parte, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Elena Salgado, descartó cualquier tipo de incertidumbre sobre la situación de España a partir de la celebración de las elecciones porque "las capacidades que tiene un Gobierno en funciones le permite seguir cumpliendo con sus compromisos".

Salgado respondía así a una pregunta sobre la eventual debilidad de un Ejecutivo en funciones a partir del lunes y mientras no se forma el nuevo Gobierno, que pueda incidir negativamente sobre la situación económica y la evolución de la deuda.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Blanco explicó que el calendario de constitución del nuevo Ejecutivo esta fijado en la Ley Electoral General y en el Reglamento de las Cámaras.

Según esa norma, el nuevo gobierno podría estar constituido antes de Nochebuena. Según lo especificado en el Decreto de Disolución de las Cortes, la constitución de las Cámaras, será el 13 de diciembre. El nuevo presidente del Congreso trasladará la información al Rey que procederá a realizar una ronda de contactos con los partidos que tengan representación parlamentaria, tras lo cual se procederá a la investidura del nuevo jefe de Gobierno.

"Los plazos están contemplados en la Ley y no se pueden alterar", dijo Blanco, aunque "se hará en el período más breve posible".

Durante ese período de interinidad y "si hay una mayoría clara y hubiera que tomar una decisión relevante, lo normal es dialogar con esa mayoría clara. Eso es lo normal y este Gobierno va a hacer durante los próximos días lo que es normal", sentenció Blanco.

Con todo, el portavoz insistió en que "a día de hoy, no prevé tomar ninguna medida urgente", por lo que hasta la constitución del nuevo Ejecutivo "lo que haremos es ir tomando las decisiones que son propias de un gobierno en funciones".

Salgado insistió en que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "se ha ganado el respeto europeo y el respeto del G-20, porque hacemos honor a nuestro compromisos, que mantenemos y vamos a seguir manteniendo", por lo que "no hay ninguna preocupación por parte de Europa", sobre su solidez.