Así lo afirmó Rajoy esta noche durante un mitin ante cerca de 3.500 personas en el Complejo Deportivo Municipal de Hospitalet, que suponía su segunda visita a Cataluña en esta campaña electoral. La primera se produjo el 3 de noviembre, con motivo de la tradicional pegada de carteles que daba inicio oficial a la campaña.

En su intervención, Rajoy reconoció que Europa atraviesa "momentos muy difíciles" por la crisis financiera internacional y la presión de los mercados, pero llamó a realizar una "reflexión" sobre el reciente nombramiento de Mario Monti y Lucas Papademus como primeros ministros de Italia y Grecia, respectivamente, puesto que "ni siquiera se han presentado a las elecciones".

"Yo no creo que en Europa haya una crisis de la política y que haya que poner tecnócratas. Yo creo en la democracia y en los buenos políticos, que son los que han hecho las cosas a lo largo de la historia", sentenció en un intento de diferenciar la crisis institucional de Grecia e Italia de la situación de España.

Rajoy empleó este argumento para subrayar su compromiso de "cambiar las políticas y los equipos" que han protagonizado la última legislatura con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno. Su intención, anunció, es nombrar un Ejecutivo "con gente seria, competente, que sepa hablar, escuchar y dialogar".

A su juicio, "un gobierno no puede ser un escaparate de figurantes" como considera que ha pasado con los ministros nombrados por Zapatero en estos años, en los que dijo que se han visto "cosas verdaderamente notables". Rajoy lanzó estas critica sin dar nombres y, recalcó, "desde el máximo respeto que merecen las personas".

Prometió que si el PP gana las elecciones generales del domingo "eso no se volverá a repetir" porque él se presenta a la Presidencia del Gobierno "para hacer un gobierno de buenos gestores" y emprender las reformas necesarias que ayudarán a sacar al país de la crisis.

METÁFORAS ANIMALES

El líder de los populares esgrimió que "no hay que esperar a que se marche el león porque, sin medidas, la crisis seguirá ahí y seguirá de por vida". También arremetió contra el comportamiento propio de "avestruz" que ha tenido el Gobierno de Zapatero desde que empezó a subir el paro y a frenarse la economía.

Como solución, salió en defensa de los emprendedores como motores del cambio y verdaderos artífices de la creación de empleo que espera lograr la próxima legislatura. En Cataluña, donde destacó que la creación de empresas y la presencia de "gente innovadora" es una tradición, prometió "echar una mano" a quienes tengan un negocio y reducir las trabas administrativas con el fin de generar las condiciones que permitan progresar.

Rajoy vivió uno de los mítines más fogosos de la campaña electoral ante los casi 3.500 simpatizantes que llenaban el Polideportivo de Hospitalet y que en ningún momento dejaron de animar al líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno. De hecho, se quedó tan sorprendido del ambiente que, nada más subir al escenario, dijo recibir "un chute de ilusión para las últimas horas de campaña".

En la grada, el público no paraba de agitar banderas del PP y varias decenas de senyeras. Hace años no ocurría lo mismo, pues eran mayoría las banderas españolas y apenas solían aparecer las catalanas. Animado por la gente, Rajoy comenzó a ensalzar uno por uno a los dirigentes del PP de Cataluña y a los candidatos de salida al Congreso y al Senado por haber reconstruido el partido hasta lograr gobernar varias ciudades importantes, como Castelldefells y Badalona. El mayor elogio fue para la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, a la que definió como "la gran revelación de la política de Cataluña" en los últimos años.