De esa cifra total de envíos, un 76% ha sido ya entregado en mano a los propios electores, mientras que del otro 11%, se ha dejado aviso para que el destinatario lo recoja en oficina después de haber realizado los dos intentos de entrega en su domicilio previstos por la ley electoral.

A pesar de la complejidad del proceso y los reducidos plazos para desarrollarlo, el 13% restante de envíos ya se encuentra en alguna de las fases del proceso, que incluye dos intentos de entrega por parte de la empresa postal antes de dejar aviso de recogida en oficina.

El voto por correo tiene unas garantías que marca la propia ley electoral y que implica una compleja operativa logística y un tratamiento prioritario en unos plazos muy reducidos.

En esta ocasión estos plazos se han visto minorados aún más debido a las impugnaciones de candidaturas, que han retrasado la confección de las papeletas electorales.

Correos tiene en estos momentos "todos sus recursos, humanos, técnicos y materiales, destinados al proceso electoral, para su normal desarrollo con el fin de que los electores puedan ejercer su derecho al voto hasta el día 17 de noviembre, fecha en que finaliza el plazo para su depósito".

La gestión del voto por correo se está celebrando con normalidad y con indicadores similares a los de otros procesos electorales, concluye.