20-N. Rajoy invita al cambio incluso a ocho indignados que boicotean su mitin
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El líder del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, sufrió este martes en Vigo las interrupciones de ocho indignados que boicotearon su único mitin de campaña en tierras gallegas y a los que acabó invitando a que se sumen al cambio político en las elecciones generales del 20-N porque España necesita un nuevo proyecto que cuente con todos "hagan lo que hagan".
Rajoy vivió en su comunidad natal el acto de campaña más incómodo de los once días que lleva recorriendo España, pese a que al empezar había asegurado que lo consideraba "el más importante" por encontrarse en su "casa" y por verse rodeado de más de 4.500 simpatizantes que abarrotaron el recinto ferial Ifevi de Vigo.
Los indignados fueron apareciendo poco a poco, como un goteo que previamente estaba organizado. De hecho, un dirigente de la organización advirtió a Servimedia antes del comienzo del mitin de que estaban vigilantes ante la posible presencia de infiltrados y se temía que pudieran estropearles el acto, como finalmente ocurrió.
Cuando Rajoy llevaba pocos minutos subido en la tribuna, dos jóvenes se pusieron en pie y empezaron a gritar "¡Queremos democracia y no una dictadura!". Rajoy se quedó callado y sorprendido, mientras los jóvenes abrían sus abrigos para mostrar unas camisetas negras con una leyenda escrita en letras blancas pero poco legible. Fuentes locales aseguraron que se trataba de dos conocidos integrantes del Movimiento 15-M en Vigo.
La seguridad del PP acudió de inmediato y se los llevó sin demasiados problemas. Cuando ya salían, otra chica se levantó y comenzó a gritar. Rajoy se mantenía callado mientras el público respondía con cánticos de "¡Presidente, presidente!". Cuando reinició su intervención, trató de calmar a los simpatizantes. "Llevo 30 años en la vida política, que no pasa nada, que vamos a ganar las elecciones", les dijo.
Al poco tiempo, saltaron otros dos exaltados más. Los simpatizantes del PP reaccionaron entonces con virulencia. Algunos comenzaron a golpearles con sus banderas, mientras la seguridad del PP los apartaba. Los escoltas que trabajan en la sede nacional de los populares trataban de impedir que los indignados se llevaran más golpes, mas era imposible. Cuando todo parecía controlado, un sexto joven se puso en pie pero sus tímidos gritos apenas fueron escuchados en el pabellón.
Rajoy recuperó el hilo de su discurso. Buscó apaciguar a la masa asegurando que en la cita con las urnas del domingo "vamos a ser muchísimos mas". Los cachorros de Nuevas Generaciones se emocionaron entonces y empezaron a corear "¡Yo soy del PP, del PP, del PP!".
El candidato habló, como cada día, de la situación económica, de la necesidad de un cambio político en España, de los problemas de los autónomos, de su compromiso para dirigir el Gobierno con seriedad y de algunas de las reformas que pretende poner en marcha si gana las elecciones generales del domingo.
Casi al final, una pareja bien vestida se levantó justo detrás de Rajoy, recogió sus pertenencias y comenzó a salir de la tribuna ubicada detrás del escenario. Se marchaba tranquilamente hasta que, al bajar las escaleras, la chica se dio la vuelta e increpó al líder del PP. Entonces, se lió gorda. La gente se agolpó contra ellos y un adulto del público propinó un puñetazo en la cabeza del chico. La seguridad del PP reprochó al agresor su actitud y trató de llevarse a los jóvenes con rapidez.
Rajoy mantuvo la calma en todo momento e insistió en su mensaje de ofrecer un cambio político a todos los españoles, especialmente a aquellos que acuden a uno de sus mítines, "hagan lo que hagan". "Algunos de estos, van a cambiar y nos van a votar el próximo domingo", apostilló. "Va a ser así".
El líder del PP se esforzó en convencer a la gente de que lo verdaderamente importante en las elecciones del domingo es conseguir un cambio político para salir de la crisis económica y criticó que sus adversarios le ataquen. En este punto, replicó a las críticas de los socialistas que "si ellos están de los nervios, yo estoy tranquilo y esperanzado".
Rajoy declaró que no piensa "caer en provocaciones" de sus adversarios políticos "porque eso no le conviene a España, porque no es lo que quieren los españoles" y porque, recalcó, "ese nunca ha sido mi estilo".
Para terminar, se mostró confiado en poder lograr el triunfo en las urnas y orgulloso de haber crecido políticamente "a base de victorias y de derrotas". Presumió de estar "ilusionado, con ganas y en forma" y dispuesto a afrontar el difícil reto al que cree que va a enfrentarse si gana las generales y llega a La Moncloa.
(SERVIMEDIA)
15 Nov 2011
PAI/jrv