Acompañados por activistas de Greenpeace, los agricultores ofrecieron testimonios “llegados directamente desde el campo” sobre los efectos de la contaminación por organismos modificados genéticamente.

Además, presentaron ante la Comisión Europea una selección de productos ecológicos, para ofrecer una comida natural a los asistentes al acto: maíz, patatas y arroz, tres cultivos “que tienen alguna variedad transgénica esperando a ser autorizada por la Comisión Europea”.

“Con la firma de la petición para frenar la autorización del arroz transgénico, los ciudadanos dejan claro que no quieren alimentos ‘frankenstein’ en sus platos”, declaró Juan Felipe Carrasco, de Greenpeace.

Los ecologistas y los agricultores pidieron a la comisaria que proteja la agricultura, la ganadería y la alimentación, y rechace la autorización del arroz modificado genéticamente de Bayer, de la patata de BASF y la renovación de la autorización del maíz MON 810 de Monsanto.