Jáuregui compartió atril en un pequeño acto en un hotel de Vitoria con el candidato y con el lehendakari, Patxi López, y reconoció que la victoria frente a ETA es “de todos” porque “la hemos construido entre todos”.

“Perfecto, dejémoslo ahí”, dijo Jáuregui, partidario de dejar atrás el pasado y dedicar las fuerzas a “construir entre todos el futuro” abierto tras el anuncio de ETA de cesar definitivamente su actividad armada.

Eso es compatible, en opinión de Jáuregui, con preguntarse qué es “lo mejor” para Euskadi y para España, para la gestión de ese nuevo tiempo, y la respuesta es “clara”, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Es la mejor opción, insistió, para consolidar la paz, evitar “tentaciones” de volver a recurrir a la violencia, para que los ciudadanos puedan “impregnarse de paz y de libertad”, para impulsar la “reconociliación” en Euskadi, y para constuir el futuro sobre la memoria permanente de las víctimas.

Pidió por ello el voto a todos los vascos, “hayan votado lo que hayan votado” en otras elecciones, que piensen ahora qué opción de las que tienen posibilidades de gobernar es “mejor” para Euskadi y concluyan con claridad “que no es lo mismo Rajoy que Rubalcaba”.

Jáuregui esbozó una idea que retomó Rubalcaba con entusiasmo, en el sentido de extrapolar al resto de España el modelo de crecimiento económico de Euskadi, región a la que equiparó con lo que es Alemania para Europa.

Con la promesa de aplicar las recetas de 1996, alertó, el PP pretende volver “a la caverna”, a una fórmula de crecimiento “con pies de barro, y nunca mejor dicho cuando hablamos del ladrillo”.