ONG piden al G20 “compromiso y regulación” contra la especulación alimentaria

- Setenta millones de personas cayeron en la pobreza por este motivo en 2010

MADRID
SERVIMEDIA

El director de Prosalus y coordinador de la campaña “derecho a la Alimentación. Urgente”, José María Medina, instó a los países del G20 reunidos este jueves en Cannes a adoptar “un compromiso decidido” contra la especulación en el precio de los alimentos, que solo en 2010 sumió en la pobreza a cerca de 70 millones de personas.

Promovida por Prosalus, Acción contra el Hambre, Ayuda en Acción, Cáritas y Ongagua (la antigua Ingenieros sin Fronteras), esta campaña pretende llamar la atención sobre las causas que explican el alza y la volatilidad de precios y exigir a la comunidad internacional una regulación global para combatirla.

En declaraciones a Servimedia, Medina urgió de hecho al G20 a aprobar una legislación internacional para limitar el porcentaje de mercado que puede controlar un único grupo inversor, y erradicar así los monopolios sobre las materias primas alimentarias.

Cinco empresas controlan el 80% de la producción y el comercio de granos, cuatro el 100% de las semillas transgénicas, tres monopolizan el mercado mundial de lácteos y otras tres acaparan la producción de maíz en el mundo.

Así se recoge en el libro “Especulación financiera y crisis alimentaria" del que Medina es coautor, que advierte de que “los sectores más vulnerables de la población mundial dedican entre el 70 y el 80% de su sueldo a alimentarse, con lo que la volatilidad en los precios está empobreciendo cada vez a más gente”.

A esto hay que añadir que el 60% de la producción de cereales está en manos de fondos de inversión, y que en África distintas multinacionales se dedican desde hace años a acaparar grandes extensiones de terreno con miras a dicho negocio, añadió Medina.

Por ello, exigió también una moratoria en la compraventa de tierras hasta alcanzar una normativa internacional y la implantación de un impuesto a las transacciones especulativas con alimentos.

De este modo se pondría freno a dichos movimientos y se obtendrían recursos para la lucha contra el hambre y la pobreza, explicó.

“Ya la presidencia francesa planteó el problema de la volatilidad en el precio de los alimentos”, apuntó Medina, aunque “tengo la impresión de que hay divisiones internas y que algunos países emergentes no quieren ni oír hablar de regulación”, subrayó.

Por último, instó a la UE a replantearse el objetivo de que el 10% del combustible utilizado en transportes proceda de fuentes de energía limpia para 2020, ya que “actualmente ésta se limita casi en exclusiva a los biocombustibles”.

Países como EEUU dedican el 40% de su producción de maíz a fabricar bioetanol, en lo que supone una competencia por los cultivos y la explotación de la tierra que va directamente en contra de la lucha contra el hambre, sentenció Medina.

A su juicio, ya en la crisis de 2008 se identificó la volatilidad en el precio de los alimentos como una de las principales causas del hambre, y “se ha hecho muy poco para solucionarlo”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
03 Nov 2011
AGQ/jrv