Así lo revelan sus expertos en el último boletín de su servicio de estudios CaixaBank Research recogido por Servimedia, donde justifican el tijeretazo en la "notable" revisión a la baja del crecimiento del PIB del segundo trimestre realizada por el INE, que fijó la expansión en el 1,1% frente a su estimación inicial del 2,8% al producirse un menor avance del consumo privado y de la inversión del esperado, junto con un mayor crecimiento de las importaciones respecto a lo anunciado en un principio.

Con estos últimos números, el PIB se situaría para entonces aún un 8,4% por debajo de los niveles preCovid en lugar de recortar distancias hasta el 6,8% como hubiese ocurrido de cumplirse las expectativas del INE.

Los analistas de CaixaBank precisan en el informe que "las perspectivas de crecimiento para los próximos trimestres no empeoran" pese a todo e, incluso, se producirá "un retraso en el afloramiento de la demanda embalsada" que permitirá crecer en 2022 dos décimas más de lo previsto inicialmente.

Sin embargo, el escenario dibujado por CaixaBank es menos optimista del plateado por el Gobierno, que, a pesar del ajuste del INE, mantuvo su expectativa de cerrar el año con un avance del 6,5% en el PIB y alcanzar el 7% durante el próximo ejercicio en el cuadro macroeconómico con el que se elaboraron los Presupuestos Generales del Estado para 2022 enviado ya al Congreso para su tramitación parlamentaria.

Antes que CaixaBank también ajustó sus pronósticos el Consejo General de Economistas (CGE) ante la realidad menos optimista dibujada por el INE, reduciendo sus proyecciones para el conjunto del año desde el 6,3 al 5,8%.

A la inversa y entre los organismos que han realizado proyecciones en los últimos días, destaca la mejora de la OCDE, que auguró un crecimiento económico más fuerte en España para 2021 y 2022: elevó desde el 5,9% al 6,8% la previsión para este año, y del 6,3% al 6,6% la del ejercicio que viene.

Al margen de los guarismos de cierre de año que estiman los diferentes servicios de estudios, en lo que coinciden todos, expertos y Gobierno, es que el año irá de menos a más y asistiremos a un tercer y cuarto trimestres más robustos de la mano de la favorable evolución de la pandemia que ha permitido levantar las restricciones.

"Los indicadores de actividad muestran que las señales expansivas siguen siendo sólidas y que la recuperación ha ido ganando impulso hasta agosto, si bien en septiembre se percibe una leve moderación de los ritmos de avance, lo que es normal tras el fuerte rebote que se produjo con el fin del estado de alarma", infieren los expertos de CaixaBank.

A título ilustrativo, indican que el indicador de consumo elaborado por CaixaBank con el uso que se realiza con tarjetas bancarias emitidas por el banco crecía un 12% frente a septiembre del 2019, tras alcanzar un pico en agosto en el 13% y ambas tasas son "marcadamente superiores a las del segundo trimestre, cuando tan solo se situaba un 3% por encima de los niveles de 2019".

MERCADO LABORAL

En cuanto al mercado laboral, aprecian que "consolida su recuperación y se aproxima a los niveles previos a la pandemia". Tras cinco meses de subidas, constatan que la afiliación superó ya en septiembre el nivel de febrero de 2020, con 19,5 millones de trabajadores afiliados, y con solo 248.797 personas ya de media en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Conforme detallan, el empleo efectivo (afiliados descontados los trabajadores en ERTE) se encuentra ya así "a solo 160.000 personas de retornar a los niveles prepandemia" y en el conjunto del tercer trimestre del año se ha conseguido un aumento intertrimestral del 3,3%, que también mejora en mucho el 1,8% registrado el trimestre previo, "lo que respaldaría las perspectivas de aceleración del crecimiento del PIB en el trimestre recién terminado".

En cuanto a la preocupación que representa la inflación, los expertos del servicio de estudios de CaixaBank admiten el sesgo al alza por la escalada del precio de la electricidad, aunque sitúan el IPB medio anual del ejercicio en el 2,4%.

Están convencidos además de que presenta, por el momento, "un carácter predominantemente transitorio, sin que se perciban efectos de segunda ronda" y con unas expectativas de que a largo plazo se mantengan "ancladas", lo que alejaría el riesgo de que la subida del IPC acabe perjudicando a la economía a largo plazo.