Clima y energía
El mundo debe triplicar la inversión en renovables en 2030 para frenar el cambio climático
- Según la Agencia Internacional de la Energía
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Poner al mundo en la senda de un calentamiento global de 1,5 grados con respecto a la era preindustrial requiere de triplicar la inversión anual en proyectos de energías e infraestructuras limpias hasta casi cuatro billones de dólares (unos 3,5 billones de euros) en 2030.
Así se recoge en el informe anual ‘Perspectiva mundial de la energía’, publicación insignia de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y dada a conocer este lunes, pocos días antes de que el próximo 1 de noviembre comience la Cumbre del Clima (conocida como COP26) en Glasgow (Reino Unido).
El documento indica que una nueva economía energética está surgiendo en todo el mundo a medida que florecen la energía solar, la eólica, vehículos eléctricos y otras tecnologías bajas en carbono, pero precisa que ese progreso en energías limpias sigue siendo “demasiado lento” para que el planeta alcance la neutralidad de carbono en 2050, es decir, que las emisiones que se expulsen a la atmósfera se compensen con las que absorben sumideros naturales como los océanos o los bosques.
El nuevo análisis, dado a conocer en un contexto de impactos climáticos y volátiles mercados energéticos, señala que el 70% del gasto adicional requerido para cerrar la brecha entre los planes climáticos anunciados por los países y la neutralidad climática debería proceder de economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Así, apunta que ha habido ejemplos notables de economías en desarrollo que movilizan capital para proyectos de energía limpia, como la India en la financiación de una rápida expansión de la energía solar fotovoltaica para llegar a 450 gigavatios (GW) procedentes de energías renovables en 2030.
El informe indica que, pese al despliegue de las energías solar y eólica, el consumo mundial de carbón está creciendo fuertemente este año, lo que empuja las emisiones de dióxido de carbono (CO2) hacia su segundo mayor aumento anual de la historia.
"El impulso de energía limpia enormemente alentador del mundo se está topado con la obstinada ocupación de combustibles fósiles en nuestros sistemas energéticos", apuntó el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, quien añadió: "Los gobiernos deben resolver esto en la COP26 dando una señal clara e inconfundible de que están comprometidos a ampliar rápidamente las tecnologías limpias y resilientes del futuro. Los beneficios sociales y económicos de acelerar las transiciones de energía limpia son enormes, y los costes de la inacción son inmensos".
VARIOS ESCENARIOS
El informe explica lo que significan las promesas de reducir las emisiones hechas por los gobiernos hasta ahora para el sector energético y el clima, y establece lo que se debe hacer para ir más allá de estas promesas anunciadas hacia una trayectoria que alcanzaría cero emisiones netas en el mundo a mediados de siglo.
Además de ese escenario de cero emisiones netas para 2050, el informe explora otros dos escenarios. Uno es el de políticas declaradas, es decir, las de clima y energía que los gobiernos han puesto en marcha o están en desarrollo. En este caso, casi todo el crecimiento neto de la demanda de energía hasta mediados de siglo parte de fuentes de bajas emisiones, pero las emisiones anuales seguirían como ahora, por lo que la temperatura media mundial alcanzará 2,6°C en 2100 por encima de los niveles preindustriales.
Y el escenario de promesas anunciadas se refiere a que las promesas de los países se ponen en marcha en tiempo y en su totalidad. Aquí la demanda de combustibles fósiles alcanzaría su punto máximo en 2025 y las emisiones globales de CO2 caerían un 40% en 2050. El aumento de la temperatura media mundial en 2100 se mantendría en torno a 2,1°C.
Después de décadas de crecimiento, las perspectivas para la energía del carbón van cuesta abajo en el escenario de promesas anunciadas, algo que podría acelerarse por el reciente anuncio de China de poner fin a su apoyo a la construcción de plantas de carbón en el extranjero. Esa medida puede cancelar proyectos planificados que ahorrarían unos 20.000 millones de toneladas en emisiones acumuladas de CO2 hasta 2050, una cantidad similar al ahorro de emisiones de la UE para llegar a cero neto a mediados de siglo.
La brecha entre el escenario de promesas anunciadas y el de cero emisiones netas para 2050 son marcadas, por lo que la AIE aboga por compromisos más ambiciosos si el mundo quiere alcanzar el cero neto a mediados de siglo.
"Las promesas climáticas de hoy supondrían sólo un 20% de las reducciones de emisiones para 2030 que son necesarias para poner al mundo en un camino hacia el cero neto para 2050", recalcó Birol, quien agregó: "Alcanzar ese camino requiere que la inversión en proyectos de energía limpia e infraestructura se triplique con creces en la próxima década. Alrededor del 70% de ese gasto adicional debe ocurrir en las economías emergentes y en desarrollo, donde la financiación es escasa y el capital sigue siendo hasta siete veces más caro que en las economías avanzadas".
DECLIVE DEL PETRÓLEO
Por primera vez en un informe de ‘Perspectiva mundial de la energía’ se señala que la demanda de petróleo entrará en un eventual declive en todos los escenarios examinados (tanto de políticas adoptadas en recorte de emisiones de gases de efecto invernadero como en planes anunciados en esta materia), aunque el momento y la velocidad del descenso varían.
Con las políticas puestas en marcha, el punto más alto de la demanda de petróleo se alcanzará a mediados de la década de 2030 y su disminución será muy gradual. En el escenario de anuncios climáticos declarados, el pico llegará poco después de 2025, seguido de una disminución de hasta 75 millones de barriles diarios en 2050. Para alcanzar cero emisiones netas de carbono en 2050, el uso del petróleo debería desplomarse a 25 millones de barriles diarios a mediados de este siglo.
La demanda de gas natural aumenta en todos los escenarios durante los próximos cinco años, pero hay fuertes divergencias después de 2025.
INVERSIÓN RENTABLE
El informe destaca que la inversión adicional para alcanzar el cero neto en 2050 es menos onerosa de lo que podría parecer. Más del 40% de las reducciones de emisiones requeridas provendrían de medidas que se amortizan por sí mismas, como mejorar la eficiencia, limitar las fugas de gas o instalar energía eólica o solar en lugares donde ahora son las tecnologías de generación eléctrica más competitivas.
Estas inversiones también crean enormes oportunidades económicas. Perseguir con éxito el cero neto crearía un mercado para turbinas eólicas, paneles solares, baterías de iones de litio, electrolizadores y celdas de combustible de más de un billón de dólares (unos 870.000 millones de euros) al año para 2050, comparable en tamaño al mercado petrolero actual.
Incluso en un sistema de energía mucho más electrificado, siguen existiendo grandes oportunidades para que los proveedores de combustible produzcan y entreguen gases bajos en carbono. Solo en un escenario de promesas anunciadas, 13 millones de trabajadores adicionales estarían empleados en energía limpia y sectores relacionados para 2030, mientras que ese número se duplica en el de cero emisiones netas para 2050.
(SERVIMEDIA)
13 Oct 2021
MGR/gja