La Junta andaluza presumió este miércoles de tener una "dilatada experiencia" en este modelo de prescripción que, aseguró, ha servido de base a la implantación de este modelo en el Sistema Nacional de Salud, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del mismo.

Fue en 2001 cuando Andalucía comenzó a implantar y extender la prescripción por principio activo, una fórmula que ha permitido reducir la factura farmacéutica, entre otras medidas de contención, hasta en un 19,5% sin menoscabo de la calidad y la eficacia del medicamento.

Las políticas de uso racional del medicamento, entre las que se encuentra la prescripción por principio activo, han supuesto un ahorro de 1.000 millones de euros en la última década.

Entre septiembre de 2010 y agosto de 2011 se han emitido 140 millones de recetas por principio activo; el omeprazol, el paracetamol y el acetilsalicílico ácido han sido los tres más prescritos.