Así figuraba en la moción consecuencia de interpelación urgente presentada por Ciudadanos en los términos de la transaccional acordada con PSOE, PP y Unidas Podemos sobre la situación de la salud mental en España tras la pandemia de la Covid-19. La iniciativa pactada por la mayoría de los partidos salió adelante con 262 votos a favor, ningún voto en contra y 87 abstenciones.

En concreto, en el texto se insta al Ejecutivo a “avanzar” en los trabajos de la nueva Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, para su aprobación “a la mayor brevedad” y desarrollar, en colaboración con las comunidades autónomas, un plan nacional de prevención del suicidio, incluido en dicha estrategia y que incorpore la creación de un teléfono de atención a personas con pensamientos y/o conductas suicidas “similar” al 016 de atención a víctimas de la violencia de género, entre otras acciones, como la reducción de ratios de profesionales para equipararlas a la media europea.

En su defensa de la iniciativa, el diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz subrayó que en la última semana “se han suicidado en España más de 70 personas”. “70 familias destrozadas, que no olvidarán el día en que su ser querido se quitó la vida y que, además, tendrán un duelo doble, el de la pérdida del ser querido y el de la incomprensión de la sociedad y de su entorno social”.

“PROBLEMA REAL”

Para la defensa de las enmiendas formuladas, por el PSOE, Daniel Vicente Viondi urgió a “dar una solución a un problema real que la pandemia ha acrecentado y que tiene consecuencias y efectos”, si bien reconoció que es “una cuestión compleja que requiere de mucho consenso”, convencido de que “no se hace con un chasquido de dedos” una estrategia de salud mental “que llevamos muchos años sin aprobar”.

Viondi llamó al PP a “coordinar y a cooperar con el Gobierno de España” y le recordó que “hay una estrategia que se ha aprobado y se ha presentado a todas las partes interesadas, que ha recibido más de 700 enmiendas”. “Es un asunto complejo que requiere de mucho consenso, tiene que verse por parte de las comunidades autónomas y dar respuestas”, sentenció, deseando que “pongan de su mano” para que afrontar esta problemática “no sea una moda pasajera ni una competición” y garantizando el “compromiso” de los socialistas para que “este asunto nunca más vuelva a estar relegado en la agenda pública”.

Por el PP, que presentó una enmienda a la moción, la diputada María Teresa Angulo consideró que “ha llegado el momento de dar un salto cualitativo” con la aprobación “urgente” de un plan “global” de salud mental “integral, transversal, multidisciplinar, personalizado y en condiciones homogéneas de accesibilidad, calidad asistencial y seguridad en toda España”, en cuyo contexto se apruebe el Plan Estratégico Nacional de Prevención del Suicidio, “con plazo y memoria económica” y que esté “orientado” hacia las personas “más vulnerables” y dotado de recursos estructurales, económicos y humanos.

“LISTAS DE ESPERA INFERNALES”

Por Unidas Podemos, la diputada María del Mar García aseveró que “nuestro sistema de salud no da la respuesta que necesitan las personas con sufrimiento psíquico”. “No sólo por las listas de espera, eternas e infernales, sino porque cuando, finalmente, las personas pueden acceder a un tratamiento, muchas veces se despacha con medicamentos que, en muchos casos, no son suficientes e incluso pueden llegar a convertir en enfermedad lo que era un sentimiento o un malestar pasajero”.

La formación morada dio su “apoyo” a la iniciativa, a la que presentó una serie de enmiendas para “acabar de ajustar” la propuesta, si bien llamó a trabajar “con cordialidad y con urgencia” en su Ley General de Salud Mental, que instó a ”mejorar entre todos”, teniendo en cuenta que “muchas familias se encuentran solas e indefensas ante un sistema público que no puede dar respuesta a causa de los recortes y privatizaciones que ha sufrido el sistema público en los últimos años”.

La diputada Concep Cañadell, del PDeCAT, presentó una enmienda para suprimir el apartado 7 de la parte propositiva del texto, al entender que el establecimiento de ratios de profesionales desde el Ministerio de Sanidad es una “clara invasión de las competencias delegadas a las comunidades autónomas”, avanzó que no votaría a favor del texto final.

En el turno de fijación de posiciones, por Vox, la diputada María Teresa López hizo hincapié en los “estragos de la pandemia” y lo que consideró “más grave”, en referencia a la gestión del Gobierno que, a su juicio, “nos tuvo secuestrados a todos los españoles 99 días”. “Cuánto daño psicológico cabe en las manos vacías de unos padres que no tienen que darle de comer a sus hijos”, se preguntó, lamentando que Ciudadanos “ha sucumbido a las enmiendas del PSOE y de Podemos y ha hecho de su propuesta un brazo más de los tentáculos del Gobierno en ideología de género”.

MOCIÓN OPORTUNA

Asimismo, el diputado de Foro Asturias Isidro Martínez consideró “extraordinariamente oportuna y necesaria” esta moción, a la que mostró su apoyo, y valoró que el texto recoja una serie de medidas “necesarias y urgentes”, como la actualización de la Estrategia Nacional de Salud Mental y un Plan Nacional de Prevención del suicidio e incidió en que su aprobación sería “un avance para aplicar más y mejores medidas, más y mejores recursos, más y mejores medios”, lo cual, espetó, “depende” de la “decidida y firme voluntad del gobierno para realizar una gestión específica sobre el conjunto de la salud mental” y de una “buena” dotación presupuestaria.

Finalmente, por el PNV, Josune Gorospe lamentó que la salud mental haya sido “la niña fea del ámbito de la salud”, por lo que destacó como “absolutamente necesario” dotarla de recursos “de una forma planificada, a largo plazo”, si bien criticó que la moción de Cs “defiende una propuesta de Estado centralista” y exigió un “planteamiento transversal” para abordar el problema.