Así lo manifestaron este lunes en una rueda de prensa en La Palma el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, y la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco.

Morcuende comentó que el volcán tiene “continuidades y discontinuidades”, después de que esta mañana cesara temporalmente en su actividad eruptiva, lo cual es “algo normal en cualquier erupción”.

Blanco añadió que Cumbre Vieja ha expulsado 46,3 millones de metros cúbicos de materiales y que el cese de las explosiones estrombolianas en el cono podría volver a producirse, al tiempo que apuntó que continúa habiendo dos coladas: la del sur discurre a velocidades bajas y la del norte se ha dividido en dos en la montaña de Todoque, y ha ralentizado su marcha por una pendiente.

Por otro lado, Morcuende aseguró que el aire en La Palma es “absolutamente respirable” y su calidad resulta ser “buena”. “No hay problemas para la salud general”, apuntó, antes de remarcar que las cenizas no empeoran el estado del aire.

SIN PROBLEMAS CON EL AGUA

Lo mismo ocurre con la calidad del agua, que definió como “muy buena”, antes de indica que cualquier anomalía sería comunicada por las autoridades de la isla.

Morcuende recalcó que, en previsión de que una de las coladas pudiera llegar al mar y producir emanaciones de gases nocivos para la salud -fundamentalmente, ácido clorhídrico-, el Comité de Dirección del Pevolca ha ordenado el confinamiento de los barrios de Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa, con el fin de que sus habitantes queden expuestos a esos gases y tengan “pequeños problemas en ojos y bronquios”.

No obstante, apuntó que “esas nubes se diluyen rápidamente” y recalcó que se desconoce si la lava alcanzará el mar en las próximas horas. “El volcán tiene rachas de crecimiento y de decaimiento. No podemos decir si va a llegar o no va a llegar. Es probable”, añadió.