Ciencia
Los primeros Homo sapiens en Europa vivieron en climas subárticos
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Los primeros grupos de Homo sapiens en Europa se enfrentaron a condiciones climáticas muy frías -similares a la actual Escandinavia- hace entre unos 46.000 y 43.000 años.
Ésta es la conclusión de un estudio internacional elaborado por 14 investigadores pertenecientes a instituciones de Alemania, Bulgaria, Portugal o Reino Unido y publicado en la revista ‘Science Advances’.
Para ello, los científicos analizaron isótopos estables de oxígeno en el esmalte dental de animales masacrados por humanos en la cueva de Bacho Kiro (Bulgaria) y determinaron que los grupos de Homo sapiens pertenecientes a una ola temprana de dispersión de la especie en Europa vivieron en condiciones climáticas subárticas.
Los restos arqueológicos en la cueva de Bacho Kiro representan actualmente los restos más antiguos conocidos de Homo sapiens del Paleolítico Superior en Europa, por lo que abren una ventana única a la época en que la especie comenzó a moverse fuera del Levante mediterráneo y a establecerse en latitudes medias de Eurasia en el Paleolítico Superior Inicial.
El proceso de cómo el Homo sapiens se dispersó en nuevos entornos en ese momento representa un importante punto de inflexión evolutivo que finalmente llevó a la especie a poblar todos los continentes y una gran diversidad de zonas y entornos climáticos.
Los mecanismos que facilitaron las olas iniciales de expansión siguen siendo objeto de debate, pero la mayoría de los modelos basados en la correlación de los sitios arqueológicos con los archivos climáticos espacialmente distantes han indicado hasta ahora que los grupos humanos dependían de condiciones climáticas más cálidas para extenderse a nuevos entornos más septentrionales.
El equipo de investigadores, dirigido por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania), evidenció que los humanos soportaron condiciones climáticas muy frías, similares a las típicas del norte de la actual Escandinavia, durante varios miles de años.
"Nuestra evidencia muestra que estos grupos humanos eran más flexibles con respecto a los entornos que utilizaban y más adaptables a diferentes condiciones climáticas de lo que se pensaba", apunta Sarah Pederzani, investigadora del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), y primera autora del estudio.
MATERIALES ARQUEOLÓGICOS
Con el uso directo de materiales arqueológicos, como restos de herbívoros masacrados por humanos, los científicos pudieron establecer un registro muy robusto de las condiciones climáticas locales en los tiempos en que los primeros humanos habitaban la cueva de Bacho Kiro.
"Esta técnica permite una asignación más segura del contexto climático local en comparación con la correlación cronológica más comúnmente utilizada entre los datos arqueológicos y los archivos climáticos de diferentes localidades que formaron la base de gran parte de la investigación existente sobre la adaptabilidad climática humana: realmente nos da una idea de cómo era la vida 'en el suelo'", señala Kate Britton, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Pederzani estuvo un año realizando trabajos de laboratorio desde la perforación de series de pequeñas muestras de dientes de animales hasta la preparación química húmeda y la espectrometría de masas de relación de isótopos estables para obtener todos los datos necesarios.
"A través de este análisis intensivo de tiempo, que incluyó un total de 179 muestras, fue posible obtener un registro muy altamente resuelto de las temperaturas pasadas, incluidas las estimaciones de temperatura media anual de verano, invierno y media para ocupaciones humanas que abarcan más de 7.000 años", apunta.
Las excavaciones en la cueva Bacho Kiro comenzaron en 2015 y han arrojado un rico registro arqueológico de la actividad humana en este lugar, incluidos los restos de ocupaciones que representan el primer asentamiento conocido de Homo sapiens en Europa durante el Paleolítico Superior.
Los depósitos en la parte inferior de la cueva contenían una gran cantidad de huesos de animales, herramientas de piedra, colgantes e incluso fósiles humanos, y formaron la base del estudio climático para investigar las condiciones ambientales que los humanos experimentaron cuando se extendieron por primera vez al sudeste de Europa desde el Levante mediterráneo.
(SERVIMEDIA)
26 Sep 2021
MGR/man