Salud

Un estudio refleja que los hijos de pacientes con cáncer suelen vivir al margen de la enfermedad

MADRID
SERVIMEDIA

Un estudio realizado por el doctor Sinen Korbi, del Instituto Salah Azaiez (Túnez), refleja que los hijos de pacientes con cáncer suelen vivir al margen de la enfermedad porque los progenitores consideran que no compartir información sobre la enfermedad con ellos "contribuye a proteger el equilibrio psicosocial de los menores “.

En la investigación, en la que han participado 103 enfermos y que se presentará en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO 2021) que se celebra a partir del próximo 17 de septiembre en París, el doctor Korbi expone que casi el 90% de los pacientes encuestados informaron de problemas de comunicación (con sus hijos) acerca de la enfermedad y más del 40% optaron por no revelar toda la verdad sobre la patología.

Además, el 96% de los enfermos oncológicos observaron cambios de comportamiento en sus hijos, que van desde ansiedad y depresión, pasando por dificultades académicas, hasta violencia y abuso de sustancias, pero solo nueve progenitores consultaron a un psiquiatra infantil.

“Muchas personas piensan que pueden manejar estos problemas por su cuenta o con la ayuda de sus familiares, pero la realidad es que es importante animarlos a que compartan esta información con los profesionales sanitarios para que, en caso de que sea necesario, podamos derivarlos a otros especialistas. La manera de proceder puede ser tan sencilla como preguntar a los pacientes, cada vez que tenemos una consulta con ellos, cómo se encuentran sus hijos”, aseveró.

En este sentido, el profesor Carlo Alfredo Clerici, experto en psicología clínica e infantil de la Universidad de Milán (Italia), dijo que en “las corrientes psicológicas actuales se considera que compartir con los menores cierta información sobre la enfermedad de los padres y la posibilidad de su muerte no solo es útil, sino que tiene un efecto protector contra fenómenos traumáticos”. A pesar de que el anuncio de un diagnóstico de cáncer altera de manera abrupta y duradera el curso de la vida diaria, no solo para la persona que lo recibe, sino también para su familia.

Ambos expertos coincidieron en que compartir noticias negativas con los hijos y gestionar la angustia que les podría causar es una de las tareas más abrumadoras a las que se enfrentan los padres, en un momento en el que ya además deben de procesar sus propias emociones sobre la enfermedad.

“Este estudio deja clara la necesidad de incrementar el conocimiento sobre el papel que juegan las dimensiones psicológicas y emocionales en la vida de las personas. Se debe de tener en cuenta el hecho de que los niños realizan su propia interpretación de la vida y pueden sufrir mucho cuando no cuentan con adultos que les ayuden a gestionar las emociones”, señaló Clerici. "Las futuras investigaciones deberían de centrarse en aquellos episodios traumáticos que pueden desarrollarse a largo plazo".

(SERVIMEDIA)
14 Sep 2021
MAN/gja