Los magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, presididos por el juez Julián Sánchez, consideran probado que ambos agentes amenazaron y propinaron bofetadas y patadas a Javier Gómez Rodríguez, al que habían detenido como sospechoso del robo a unas turistas extranjeras.

Los hechos se remontan a la madrugada del 1 de octubre de 2006, cuando, tras recibir la denuncia de cuatro ciudadanas extranjeras, Ledesma y Cañas detuvieron en una calle del centro de Barcelona a Gómez Rodríguez, quien negó en todo momento haber participado en el robo.

Tras esposarle, y “sin que hubiera opuesto resistencia alguna, ambos agentes, con la intención de humillarle, lo abofetearon”, señala la sentencia. Acto seguido detuvieron a una ciudadana que había presenciado la agresión.

Antes de subirle al vehículo policial, y aprovechando que el detenido se había caído al suelo, uno de los agentes le propinó varias patadas. Los malos tratos continuaron en la comisaría hasta la mañana siguiente, cuando Gómez Rodríguez fue puesto en libertad sin ningún tipo de acusación.

Ledesma y Cañas fueron condenados por la Audiencia de Barcelona a seis meses de cárcel e inhabilitación para empleo público por un plazo de dos años en una sentencia dictada el 22 de diciembre de 2008.

Los magistrados del Tribunal Supremo confirmaron el contenido de la sentencia del tribunal de instancia salvo en los relativo a la inhabilitación, apartado en el que concretan que los agentes no podrán ejercer como “funcionarios de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad al servicio de las Administraciones, estatal, autonómica o local”, eliminado el genérico de “para empleo público”.