Durante su comparecencia en una sesión extraordinaria de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, José Manuel Albares explicó que el objetivo inicial del despliegue realizado, con el doble puente aéreo Kabul-Dubái y Dubái-Madrid era sacar del país asiático a todos los afganos que habían colaborado con España durante su presencia en las diferentes misiones.

El jefe de la Cancillería admitió “que no han podido salir todos”, y señaló que fue cuando, ante las dificultades que ofrecía el trabajo en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul, la operación “se abre a otros grupos”, como colectivos vulnerables, o minorías.

Albares sostuvo que no hubo imprevisión, ya que “era imposible prever la salida del presidente Ghani y la entrada tan rápida de los talibanes”, y negó las acusaciones de falta de autocrítica, ya que “era una operación OTAN”, y consideró que es en el seno de la Alianza el marco correcto en el que se analizará qué mecanismos pueden mejorarse para futuras ocasiones.

No obstante, el máximo responsable de la Diplomacia española anunció que el Gobierno, junto a países aliados, trabaja en “acciones concretas y planes operativos concretos” que lamentó no poder revelar, ya que, reiteró, “España ha cerrado la primera fase, pero no ha terminado”, la evacuación. Y aunque, admitió, “se ha vuelto más difícil, más complejo”, mantuvo el lema de ‘no dejar a nadie atrás’, en referencia a las minorías cristianas, o aquellos afganos que, por su profesión, creencia, u orientación sexual, vean amenazada su vida por los talibanes. Para ello, el ministro señaló que depende de una misión conjunta de la comunidad internacional, y sobre todo de los aliados de la Unión Europea.

En lo que respecta a los tiempos empleados por el Ejecutivo para lanzar la misión de evacuación, el ministro subrayó que “el Gobierno tomó medidas inmediatamente ante el anuncio estadounidense” de la retirada del país. Prueba de ello, dijo, fue el repliegue de los 24 militares y dos intérpretes nacionales que aún permanecían en ese país, integrados en la operación ‘Resolute Support’ de la OTAN, que aterrizaron el 13 de mayo en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), a bordo de un avión de transporte A400 M del Ejército del Aire. Allí fueron recibidos por el rey Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la ministra de Defensa, Margarita Robles.

En la misma línea, Albares destacó que el 11 de mayo se firmó un acuerdo con Estados Unidos que fue el que, a la postre, permitió la evacuación en helicóptero hasta el aeropuerto del Embajador, Gabriel Ferrán, su segunda, Paula Sánchez, y Sayed Saber, afgano y secretario de la embajada.

Durante el debate, la diputada de Ciudadanos Carmen Martínez Granados felicitó al ministro por la misión de evacuación de Afganistán, pero criticó la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante la gravedad de los hechos acontecidos. Un argumento que mantuvo el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, para quien la presencia de Albares “oculta la ausencia de Pedro Sánchez, que ha optado por no dar la cara y parapetarse tras uno de sus ministros”.

En su turno, el diputado del PDeCAT Sergi Miquel i Valentí felicitó al ministro, pero reclamó alguna autocrítica por la falta de previsión ante el avance de los talibanes. También se interesó por la iniciativa de Francia y Reino Unido de crear una zona segura en el Aeropuerto de Kabul para proseguir con las evacuaciones, y si España se apuntará a este proyecto.

Por su parte, la diputada de Junts per Catalunya Mariona Illamola Dausà pidió más concreción sobre los rescatados por España, y reclamó información a Albares sobre los anunciados ‘contactos operativos’ con los talibanes para seguir poniendo a salvo a más personas.

La portavoz de ERC, Marta Rosique, manifestó su preocupación por las declaraciones del ministro, al entender que apuesta por “seguir promoviendo la intervención extranjera” en otros países. “La cooperación salva vidas y en cambio el seguidismo de la OTAN las pone en riesgo”, afirmó. También reclamó información sobre qué “implicación ha tenido en este negocio militar la intervención española”, y los datos de la intervención militar de España”.

Albert Botran, de la CUP, afirmó que España “ha participado en una coalición que ha fracasado” y lamentó que, a su juicio, el discurso de Albares le “ha parecido más propio de un ministro del Partido Popular”.

El portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, destacó que, tras conocer a cinco ministros de Exteriores, el actual titular “ha sido el único en llamar a los miembros de la Comisión para informar de un hecho” que estaba ocurriendo, y consideró que la evacuación es una buena noticia. Por el contrario, al diputado del PNV Aitor Esteban le molestó que el Gobierno hablase de la misión en Afganistán como una labor humanitaria, ya que, dijo, al país asiático “se fue a buscar la cabeza de Al Qaeda”, y al final a Osama Bin Laden se le encontró en Pakistán, país que consideró uno de los grandes beneficiados de esta crisis.

El diputado de En Comú Podem Gerardo Pisarello felicitó a Albares por su nombramiento y por la evacuación, pero subrayó que “es el momento de adoptar el multilateralismo”. Además, reclamó una “fiscalización de la guerra”, y desentrañar la intervención de España en Afganistán.

Por parte del Partido Popular, la diputada Valentina Martínez Ferro arremetió en tono bronco contra el Gobierno y el jefe de la Diplomacia, y reiteró el argumento de los últimos días de los populares, de que el despliegue de tropas para la evacuación, “que nosotros apoyamos”, tenía que haber sido autorizado por el Congreso de los Diputados.