El fiscal encargado del caso, Jesús Alonso, pide para Berasategui 14 años de prisión, al acusarle de los delitos de estragos en grado de tentativa, sustracción de vehículo a motor y falsedad documental, todos ellos de carácter terrorista. Además, solicita que se le imponga una multa de 1.140 euros.

Según el escrito de acusación del fiscal, Berasategui formaba junto a los etarras Xabier Zabalo y Ainhoa Barbarín, ya condenados por esta causa, el denominado “comando Behorburu” de ETA. Este “talde”, bajo las órdenes de Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi, responsables del aparato militar de ETA, se dedicaba a realizar atentados con coche-bomba.

Para llevar a cabo las acciones terrorista que les encargaba la dirección de ETA, los miembros del comando robaban vehículos, los ocultaban y los cargaban de explosivos.

A comienzos del año 2000, según el fiscal, el acusado y Zabalo constituyeron en el polígono industrial de Urretxu (Guipúzcoa) una pequeña empresa denominada "Zipristin", dedicada en apariencia al lavado y limpieza de vehículos pero que en realidad falicitaba a los etarras la cobertura necesaria para ocultar los coches robados y prepararlos como coches-bomba.

En julio de 2006, Barbarín y el también etarra Ismael Escudero recogieron uno de los coches preparados por Berasategui y Zabalo, cargado con 56 kilos de explosivo, y lo trasladaron hasta el aeropuerto de Málaga.

En la madrugada del 26 de julio, los etarras dejaron el coche-bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Málaga dispuesto para hacer explosión a las 8.00 horas. 45 minutos antes de esa hora, un comunicante anónimo alertó de la colación del vehículo, cuya carga explosiva pudo ser desactivada por efectivos de los Tedax.