La agencia de las Naciones Unidas para la protección de los refugiados emitió este martes un comunicado en el que mostró su preocupación por el riesgo de violaciones de derechos humanos contra civiles, incluidos mujeres y niñas, tras el triunfo de los talibanes.

Un total de 550.000 afganos han huido de sus hogares desde principios de año. Aunque hasta ahora los civiles sólo han huido esporádicamente y a pequeña escala hacia los países vecinos, el contexto evoluciona por momentos.

Ante esta situación, Acnur instó a los países que componen la comunidad internacional a que faciliten el acceso a su territorio de los civiles afganos que huyen y les reclamó que se comprometan con el “principio de no devolución”, es decir, con la prohibición de retornar a personas en situaciones de peligro.

“Los Estados tienen la responsabilidad legal y moral de permitir que las personas que huyen de Afganistán puedan pedir protección, y de no retornar de manera forzosa a los refugiados”, aseveró.

Tras celebrar que algunos países hayan detenido temporalmente las deportaciones de solicitantes de asilo denegados, dejó claro que sus recomendaciones contra los retornos forzados a suelo afgano “permanecerán en vigor hasta que las condiciones de seguridad, el Estado de Derecho y los derechos humanos mejoren lo suficiente en Afganistán como para que se puedan realizar retornos en condiciones de dignidad y seguridad”.