Durante su intervención en la Asamblea General anual de Cepyme, Cuerva se refirió a la “contrarreforma” laboral, a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y a los incrementos fiscales para reclamar “una profunda cautela a la hora de tomar decisiones que puedan dañar nuestro modelo empresarial”.

Alertó de que, “tapado” por los debates en torno a la crisis, “estamos asistiendo al desligue por parte del Gobierno de una amplia agenda contrarreformista que definirá cómo será el marco empresarial en las próximas décadas” y que “en muchos sentidos impugna el modelo social” actual y “puede impugnar” el que establece la Unión Europea.

Dicho marco “se está definiendo hoy más o menos veladamente sin los mecanismos y consensos necesarios”, criticó el presidente de la patronal de las pymes, quien mostró su rechazo y pidió “cautela” ante las “contrarreformas” que se están planteando y que “ni son buenas ni nuestro país puede permitirse en estos momentos”.

También aprovechó para pedir que los fondos europeos para la recuperación “no se conviertan en un maná que engorde la burocracia o que resuelvan los problemas tan solo de financiación de nuestras infraestructuras, sino que lleguen hasta la última empresa”.

Cuerva subrayó que “España tiene que ser un país más competitivo cuya estabilidad, solidez, respeto institucional y seguridad jurídica atraiga inversión”, y pidió unidad “como país”.

Se alineó así con el posicionamiento de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) para solicitar que “no se quiebre a ningún nivel la exigible seguridad jurídica, condenar el deterioro institucional que se produce cuando no se respetan los distintos poderes del Estado o se les pone en tela de juicio por intereses partidistas”.

En la Asamblea intervino de forma telemática el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, para pronunciarse en esta línea.

Garamendi también reclamó que “no pongan más palos en las ruedas” a las empresas con subidas de impuestos o con “la contrarreforma laboral” porque “las empresas están tocadísimas, tienen problemas de solvencia y especialmente las pymes”.

Consideró que, en materia fiscal, “existe mucho recorrido” antes de subir impuestos, como la lucha contra la economía sumergida o una mejora de la eficiencia de las administraciones públicas.

Por último, aprovechó para reclamar que las ayudas directas para pymes y autónomos “lleguen con toda la celeridad posible” porque “esto es un problema de solvencia y no hay tiempo que perder”.