Fore explicó que, como ocurre con todas las crisis y pandemias sanitarias, los niños más vulnerables corren un mayor riesgo de quedarse sin el cuidado de sus padres y esto, a su vez, aumenta el riesgo de que se les ponga bajo un cuidado alternativo que la organización considera “inadecuado”.

Asimismo, la directora ejecutiva de Unicef aseguró que los daños a corto y largo plazo causados por la separación de la familia y el cuidado alternativo “inadecuado”, especialmente en instituciones, están documentados.

A este respecto destacó que “las instituciones se caracterizan a menudo por un régimen de vida intrínsecamente perjudicial” en la que “a menudo se les priva de la capacidad de tomar decisiones que se ajusten a sus intereses” además estar aislados, por lo general, de sus familias y comunidades locales.

Estos niños también tienen más probabilidades de sufrir violencia, abusos, abandono y explotación, añadió, y al estar privados de sus padres, están más propensos a sufrir daños emocionales.

Es por ello que, para prevenir y responder a esta crisis para los niños a corto y largo plazo, Fore expresó que “es vital que los gobiernos proporcionen a las familias el apoyo emocional, práctico y financiero que necesitan”. A la vez, propuso “trabajar para apoyar un sistema en el que los niños privados del cuidado de sus padres puedan ser atendidos por miembros de la familia extensa”.

Para concluir, Unicef propuso garantizar que las familias tengan un acceso continuado a la protección social, el asesoramiento y la atención sanitaria. Así como reforzar los servicios de protección de la infancia para los niños y las familias vulnerables; trabajar con los empleadores para promover políticas favorables a la familia que permitan a los cuidadores atender al niño en cualquier circunstancia y mantener abiertas y accesibles las escuelas y otros servicios para los niños.