Según recuerda la IATA, el informe de la CNMC no es decisorio, pero sí tiene un peso relevante en la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) dependiente del Ministerio de Transportes, propietario del 51% de AENA, que finalmente será la que elabore y eleve el documento definitivo a aprobación del Consejo de Ministros.

Si bien las aerolíneas consideran que la bajada pudo ser mayor, demandan que “se adopten las recomendaciones de la CNMC”, en lugar de aplicar la propuesta de AENA recogida en el documento de Regulación Aeroportuaria (DORA).

Además, la IATA lamenta que esta posible bajada de las tasas se ve “empañada” por la medida que estableció el Gobierno en 2020, por la que traspasaba los costes de medidas de control sanitario en los que incurriera AENA a las compañías aéreas.

Estos costes, actualmente valorados en unos 300 millones de euros se traducirán en una subida de tarifas de un 6% el próximo año, según estima esta organización.

Por todo ello, el vicepresidente de IATA para Europa, Rafael Schvartzman, “pide al Gobierno que “incorpore en su decisión las recomendaciones de la CNMC y que no sean las compañías aéreas, y sus pasajeros, quienes asuman los gastos de las medidas sanitarias y las pérdidas de Aena”.