Desde mediados de 1994, 1.100 niños han sido encarcelados en Ruanda con adultos, bajo terribles condiciones de miseria y superpoblación en3 prisiones.

El traslado es el resultado de la colaboración entre Unicef, Cruz Roja Internacional y varias organizaciones no gubernamentales con el Ministerio de Justicia ruandés, para mejorar las condiciones de vida de los menores separándoles de los adultos, proporcionándoles actividades educativas y de ocio y tratamiento traumatológico.

El centro, situado a 47 kilómetros de Kigali, ha sido reformado por Médicos sin Fronteras, mientras que Unicef ha facilitado material de cocina, educativo, rop, jabón y juguetes. Casi el 70 por ciento de los niños en prisión no saben leer ni escribir.

Por otra parte, cerca de 1.700 niños soldados con edades entre los 7 y los 18 años, que formaban parte del Ejército Patriótico de Ruanda, han sido desmovilizados esta semana, y otros 800 lo serán durante los próximos días.

Los menores han dejado los centros de entrenamiento del Ejército y han sido enviados a unas instalaciones situadas a las afueras de Butare, al sur del país. Muchos de ellos han presencido el asesinato de uno de sus padres o hermanos, tras lo cual ingresaron en el Ejército, donde les asignaron tareas domésticas de apoyo a los soldados, tales como el transporte de material, búsqueda de agua y lavado de ropa.