Así lo precisó durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad y Consumo del Senado, en la que defendió que España cuenta en la actualidad con la regulación “más avanzada de toda la Unión Europea” en relación a los requisitos de información y comercialización de las mascarillas higiénicas.
“Incluso incluye ya una regulación con requisitos y con elementos válidos para la comercialización de las mascarillas transparentes para personas sordas”, abundó, la tiempo que insistió en que, “desgraciadamente, todavía las empresas no han conseguido alcanzar la tecnología suficiente para que se pueda disponer de una mascarilla que permita, al mismo tiempo, la comunicación con la protección para aquellas personas que no pueden comunicarse sin poder leer los labios”.
Garzón hizo hincapié, asimismo en que esta orden que permite a cualquier empresa investigar y producir ese tipo de mascarillas, ha salido adelante “gracias a la presión de la sociedad civil, al estímulo de la ciencia y a dirigentes y activistas como el ciudadano Marcos Lechet”. “Él ha sido una de las personas que más ha puesto de manifiesto la necesidad de un colectivo al que la pandemia ha afectado más a la hora de la comunicación cuando se hizo la mascarilla obligatoria y se dejaba sin capacidad de comunicación a una gran parte de esa población”, sentenció.