La investigación arrancó el pasado mes de enero, cuando una mujer denunció que le habían sustraído su bolso al descuido en un restaurante del distrito Centro. Las primeras pesquisas policiales, permitieron averiguar que se trataba de tres personas, las cuales actuaban plenamente organizadas y mayoritariamente en lugares de ocio y restauración.

El procedimiento consistía, primeramente, en introducirse en el establecimiento y reconocerlo visualmente. Allí aprovechaban los momentos de entretenimiento de sus víctimas para apropiarse de sus efectos personales, en su mayoría bolsos y mochilas, sirviéndose de otro objeto a modo de ‘muleta’, para cubrir sus maniobras de sustracción.

En muchas ocasiones, los bolsos o mochilas denunciadas, se encontraban colgadas del respaldo de la silla, convirtiéndolas en claro objetivo para los autores. Poco tiempo después y sin consumir nada, abandonaban el lugar con el “botín”.

Posteriormente, algunos afectados detectaban en su cuenta bancaria una serie de transacciones fraudulentas en diversos comercios, donde los presuntos autores empleaban las tarjetas bancarias previamente hurtadas.

Fruto de las labores de indagación, los agentes pudieron determinar que se trataba de un grupo criminal conformado por dos varones y una mujer, con un claro reparto de tareas, así como un continuo cambio de ubicación a la hora de cometer los distintos hurtos, circunstancia que dificultó en gran medida su localización.

Una vez identificados, se estableció un dispositivo de búsqueda a finales de mayo, siendo localizados y detenidos en un establecimiento del distrito madrileño de Centro. Los arrestados pasaron a disposición judicial como presuntos responsables de 14 delitos de hurto, pertenencia a grupo criminal y varios delitos leves de estafa.