En un encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, el sacerdote de la Iglesia de San Antón de Madrid envió “un abrazo muy fuerte” a la madre y manifestó su “angustia” tras saberse que se ha encontrado el cadáver de Olivia.

“Quizás es la mayor soledad que podemos tener”, añadió el padre Ángel, poniéndose en lugar de la mujer. “Cuántas veces habrá dicho” Beatriz “¡Dios mío, Dios mío!” tras la desaparición de sus pequeñas Olivia y Anna, se preguntó el sacerdote.

El fundador de Mensajeros de la Paz se puso así en la situación de lo que él mismo dice haber sentido en numerosas ocasiones cuando ha acudido a ayudar a otras personas y reivindicó identificarse “con la Iglesia de Jesús de Nazaret”, quien según la Biblia pronunció esta misma expresión poco antes de morir en la cruz. “Si él tuviera que hablar de la soledad, cuántas veces tuve que decir sus palabras cuando se sentía solo”, apostilló pensando en la madre de las niñas de Canarias.